La felicidad de Alonso Londoño consistió en hacer felices a otros.
Le costó trabajo bajarse de mi carro. Le ayudé lo más que pude acercando el carro al andén, me bajé y con esfuerzo logró sacar sus piernas del estuche que formaba la carrocería para llegar a su casa a descansar. En el camino a su casa, durante media hora conversamos delicioso de bambucos y pasillos, de nuestras familias… Parecíamos amigos de toda la vida.
Con @Claudiaduke en el #TwitterPicnic
Sin embargo, con Alonso Londoño nos habíamos conocido apenas un par de horas antes en un #TwitterPicnic, un evento de tuiteros, organizado por Tuyo Isaza y Eduardo Calvache. En una mesa estaba Alonso. Impecable, con su estampa de abuelito para comercial navideño, con una sonrisa generosa de 88 dientes, con su palabra cariñosa y su modestia encantadora.
En estas pocas líneas quiero evocar la imagen de Alonso Londoño, conocido en el mundo digital como @AlonsoMusical, el tuitero con más edad en Colombia. El mundo lo conoció por notas como estas en televisión, por su canal de Youtube y por las famosas twitcam en las que habló de lo divino y lo humano con la humildad de su humanidad, pero con la grandeza de su sabiduría.
Pero en las líneas que siguen verán que lo que pasa es que mi memoria no solo ve al tuitero más viejo, sino a uno de los corazones más grandes que recuerde.
En la tarde del #TwitterPicnic, a las tuiteras jóvenes las tenía suspirando de ternura; a muchos de los demás nos sedujo la palabra cálida para arropar las historias que su memoria le endosaba. Hablamos de Twitter, claro, pero también de música clásica, de filosofía, de historia. Mientras unos leemos la historia, él la evocaba. Esa tarde me ofrecí llevarlo a su casa y fueron esos 30 minutos los que bastaron para hacernos amigos. Varias veces más hablamos por teléfono con alguna frecuencia para oírle sus proyectos, narrados con entusiasmo juvenil.
Pero sin duda el día que más recuerdo con Alonso fue cuando celebró su cumpleaños. En un acto de generosidad inédito, quiso que, a pesar de que no era un hombre adinerado, tener como regalo la oportunidad de brindarle una sencilla pero emotiva fiesta a los niños de la Fundación Niños Por Un Nuevo Planeta. Recuerdo los gestos felices de los niños que estaban encantados con ese viejito que no conocían, pero que en pocos minutos fue su adoración, entre otras cosas, porque se divirtió mucho ataviándose con corbata falsa de colores y sombrero de carnestolendas. El rostro de Alonso estaba iluminado de felicidad. Algunos como @prietodom, @tuyoisaza y yo tuvimos el privilegio de acompañarlo; algunos fueron más fuertes que yo y no lloraron de emoción.
Ambos estuvimos muy emocionados celebrando sus 80 años.
Cuando me despedí de él ese día no sabía que era la última vez que lo iba a ver. Verlo tan feliz me hizo darle un abrazo apretado mientras se me escurrían algunas lágrimas. Me conmovió su felicidad, pero sobre todo la que causó en esos niños que han sido víctimas de abuso sexual y que por lo menos por esa tarde tuvieron algo más en qué pensar.
Me queda ese dolor de no haberlo visto más veces; solo me quedaron la voz, las buenas charlas en la noche y el deseo de poder llegar a ser como él. Gracias Alonso por todo lo que hiciste, por inspirarnos tanto a tantos.
Nota: La familia López ofrece una misa por Alonso el próximo 21 de Noviembre en la Iglesia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón (Carrera 8ª N° 40-75) a las 6:00 p.m. Sería bonito que quienes lo conocimos pudiéramos acudir.