Quisiera hablar del amor de la vida, aprovechando el mes de Febrero, pero no sobre el amor de cualquier tipo, sino el de pareja. En la historia de amor y desamor personal siempre habrá un personaje que resalte entre el resto. Por lo menos en mi caso hay historias más fuertes que otras, con más contenido, con más lágrimas, ilusiones y porrazos. Son puntos de tu trayectoria que dejaron una cicatriz, enseñanzas que siempre recordarás, se transforman en miedos que molestan tus días presentes y eso viene a representar lo grande que son.
Pero, ¿cuál es el verdadero amor de tu vida? Si vamos a explicarlo con filosofías y definiciones nos podemos perder. Aún así, me gusta la definición de amor que una vez un profesor nos dio en una clase, y que creo haber compartido por acá. Según él, el amor viene siendo una construcción que dos personas hacen, de vivencias, momentos juntos, historias, obstáculos, triunfos, etc. Son todos los momentos que dos personas comparten y que las unen. Según esto, uno ama a otro por todo lo que han vivido juntos, por todo lo que los une, por la historia y el camino que han recorrido juntos.
Me podría agarrar de esta definición de amor para poder dar con la gran historia de amor, y encontrar al sujeto de mi vida, hasta ahora. Y si lo pienso, hasta hace un tiempo creí saber quién ocupaba ese lugar, pero ahora, con más experiencia acumulada, me he dado cuenta de que me he engañado. Creí que el amor de mi vida, el sujeto de mi vida, había sido el co-protagonista de una agónica historia de amor, alguien al que amé (y no me correspondió), al que no pude retener para mi, y del cual creí haberme enamorado. La cosa es que después de mucho tiempo, y de darme cuenta a porrazos que esa persona no era para mí, también asimilé que la historia que creí protagonizar con él la viví solamente yo, siempre estuve sola. Aplicando la definición de amor... no hubo amor, porque no fue correspondido, todo ese tiempo construí algo yo sola, el camino lo recorrí sola, etc.
Tiempo después conocí a otras personas, lloré por otras razones, olvidé o enterré lo anterior y temí volver a pasar por lo mismo. Hoy creo que el título de "amor de mi vida" se lo está ganando otra persona, y no porque lo haya comprado o me haya ilusionado el doble esta vez, sino porque sé que estoy co-construyendo algo, recibo feedback, sé que esa persona está ahí caminando y viviendo una historia conmigo, somos dos personas en un mismo presente. Es imposible creer que la persona más importante en tu vida es aquella a la que tú le das protagonismo, pero tú no apareces ni en el sexto lugar de su lista... la importancia debe ser mutua, tal vez no equivalente, pero racionalmente similar. No dejen su corazón, su esperanza o vida en quienes no están en su verdadero camino. Paciencia, fe, ¡paciencia y fe!