Revista Opinión

¿el Amor De Tu Vida Se Fue?

Publicado el 26 febrero 2019 por Carlosgu82

¿el Amor De Tu Vida Se Fue?

Las salidas perfectas, la noches viendo series, cocinar juntos y disfrutar con los hijos: ¿Quién te devuelve los tiempos pasados con aquel que pensabas iba a ser el único para siempre?

La respuesta es: tú mismo.

Es entendible que luego de una vida, o al menos un período largo de tiempo de dedicar a tu pareja todas tus energías por hacerse feliz mutuamente lleguen a un desenlace amargo. Las personas no paran de cambiar y desarrollarse, y es factible que dos personas se desarrollen hacia estar lejos la una de la otra. Cada persona tiene un plan individual que no siempre incluye, a largo plazo, a la persona con quien eligió compartir cierto periodo de vida.

Nosotros elegimos ciertas personas para ciertos periodos de nuestra vida: por lo general no elegimos para ser padres de nuestros hijos a nuestro amor adolescente con quien llevábamos estilos de vida insanos o rebeldes, aunque puede darse la suerte que recapaciten hacia el mismo lugar que vas tú. También puede ocurrir que no queramos compartir la vejez temprana con el buen hombre que decidió ser padre de familia, pues hasta los estudios demuestran que hay un gran número de relaciones largas que acaban por atenuarse hacia la aburrida rutina de la convivencia diaria. El decaimiento de la vida sexual, la falta de dinamismo entre las parejas, toda puede ser consecuencia de haber pasado ya demasiado tiempo explotando un vínculo que desde un principio no estuvo destinado a durar más allá de su fin original: el periodo que elegimos vivir junto a ellas.

Así es como terminamos en nuestra adolescencia con nuestros primeros novios, que ya cuando llega la primera madurez, se observa que ya han dado lo que tuvieron que dar y ahora no queda más que dejar que ellos también, busquen su siguiente etapa de vida acompañados de una persona más adecuada. Volvemos a terminar con nuestros novios luego de acabar la universidad al ver que la vida laboral no es la misma que quieres compartir con ellos, pero estuvo bien durante los años académicos de fiesta y estudio.

Están los seres excepcionales que llevan aún la misma pareja a todos lados, pero en esos casos se presenta el factor inevitable para que esos casos sean posibles: la disciplina mutua de aguantarse y no mirar para el lado en una relación donde tarde o temprano va a llegar el tedio de lo que permanece igual. Amar es un aprendizaje, después de todo.

Pero si eso no se dio en tu relación no tienes por qué sentirte mal. En el mundo moderno tenemos la opción de elegir si llevar o no esa disciplina a nuestra relación. Como cualquier disciplina, requiere de hacer cosas que no siempre queremos, pero elegimos hacer por amor al amor, y a la gratificación que conlleva hacer un esfuerzo tedioso por el hecho de hacerlo. Diría yo que es cultural.

En esta cultura actual el concepto de “amor de la vida” es cada vez más escaso, pues se pierde con cada día que pasa la disciplina de amar ante todo costo, con la tendencia popular de términos como “relación tóxica”, y el desechar a la pareja ante la primera incompatibilidad dado el amplio acceso a las plataformas para encontrar pareja, vida social, y qué decir de la preferencia por el área laboral de ambos sexos. Cada día nos alejamos más de la disciplina de amar: si hoy has perdido a quien pensabas que sería el último, déjame decirte que no estás sola. Es solo una nueva forma de vivir donde tarde o temprano volverás a encontrar a alguien de quién enamorarte, aunque no te garantizo que los sentimientos no se demoren años en desvanecerse, eres parte de un fenómeno de transición cultural hacia la nueva cultura del consumo afectivo: un consuelo para la mujer y el hombre moderno.

Los buenos momentos que pasaste volverán a llegar. Encontrarás una nueva pareja, porque hay alguien que está buscándote a tí que está en el mismo lugar que tú, buscando recobrar el amor de las salidas, dispuesto a amar a tus hijos y ser una persona de bien para saber lo que es el bien.
Todos dicen que las personas no cambian, pero no te preocupes. Aquel que quiere cambiar, cambia, aunque generalmente sea por otra persona.

Tú mismo puedes volver a construir algo nuevo. Lo bueno está hecho para suceder una vez. Es sabido que los tiempos bellos de la juventud no vuelven nunca. Quedan perpetuamente suspendidos en la irrevocabilidad del pasado. Nunca volverás a tener la piel que tuviste a los 16, pero a los 16 no tenías la experiencia que tienes ahora ni las herramientas para ser feliz. Todo tiene su lado bueno, y su lado malo. Ya que conoces el lado malo, es tiempo de buscarle la absoluta ventaja que todo tiene en la vida. La posibilidad de la emoción de conocer de nuevo a alguien, la libertad de tener un encuentro sexual casual sin compromisos, el poder salir y coquetear ahora sin el freno de tener pareja, en fin, todo el potencial de emoción y nuevos buenos momentos que desembocarán en momentos mejores llegado el indicado, solo depende de ti ser feliz en las nuevas condiciones que se te están dando.

¿El amor de tu vida se fue? No era entonces el amor de tu vida. Nunca estuvo destinado a serlo. Cumplió su cometido y ahora queda encontrar quien te acompañe en tu siguiente periodo, o aprovechar este tiempo para ponerte a prueba de qué tan feliz puedes ser sola, lo cual es, aunque repetido, muy importante de recordar.

Así que ya sabes. Deja que se vaya. Aprovecha el tiempo libre que tienes ahora. Uno nuevo llegará a darte lo que buscas, pues busca lo mismo que tú.


Volver a la Portada de Logo Paperblog