Revista Opinión
Llegada la mitad del mes de febrero y llega la celebración del día de San Valentín que no es otra cosa que la celebración del día del amor y la amistad en buena parte del planeta. A partir de aquí hay dos grandes grupos: Los que disfrutan y le sacan el máximo a la celebración de este día y los que le tienen cierto rechazo por considerarlo un día meramente comercial. En la última década, con la vida digital que llevamos casi todos, además de celebrar el día podemos ver cómo lo "celebran" o "disfrutan" los demás. Las redes sociales se convierten en una infinita exposición de fotos y videos de parejas, cenas, familias, hijos, padres y cualquier demostración de afecto para afirmar y en lo posible convencer que estamos celebrando el dia del amor y la amistad. Cada quien, libre de celebrarlo o no, como quiera. La fiesta de San Valentín proviene de un mártir que casaba a las parejas que en el imperio romano tenían prohibido efectuar tal acto. Sobre ello mucho se ha discutido e inclusive la iglesia católica retiró y modificó la celebración de San Valentín del 14 de febrero, sin embargo el planeta celebra religiosamente ese día como el día del amor y la amistad. ¿Cómo celebramos el amor? El amor, como dice la mayoría que ve con desdén el día de San Valentín, se vive todos los días, es la respiración del alma, es la confianza de la existencia en que podemos y vale la pena seguir viviendo. Amar no va solo con la pareja, amar es el manifiesto ejercicio de querer, apoyar, acompañar y ayudar a todos los seres humanos que sumamos en nuestras alegrías y tristezas. En las alegrías, cuando vemos que aquellos que nos rodean son felices, cuando aportamos un mínimo gesto que suma en el latido de los demás, cuando hacemos posible que la sinfonía de la vida sea el conjunto de sonrisas que vamos dejando mientras vamos viviendo. ¿En las tristezas? Sí, también. A veces toca abandonar un camino con alguien a quien se sigue amando, es cuando uno tiene la certeza que de seguir juntos, dicho camino se hará intransitable, prácticamente "invivible". Mucho se cree que cuando uno se aleja es porque deja de amar y no, a veces es precisamente porque tanto se ama que uno opta por no hacer daño o no seguir haciendo daño. Claro, habrá quienes dicen que lo mejor es seguir intentándolo, que vale la pena seguir para no terminar una linda historia. Y también es posible, la verdad no la tiene nadie, en esto de sentir y querer, cada quien siente y quiere a su manera. Hay amor después del amor. No porque se encuentre otra pareja, otra historia, hay amor porque siguen muchas historias andando e inclusive aquella que culminó podría reiniciarse. La vida es un infinito intento de que seamos felices, una apuesta de alguien superior que le fascina ver millones de historias entre millones de personas donde la entrega, el cariño, la dedicación, el afecto y el querer son el pulso que une dichas vidas. De nuevo, cada quien haga o deshaga, celebre o no. Hay amor, después del amor.