El Amor En “El Banquete De Platón”

El amor en El Banquete de Platón. Quedó incompleto mi repaso de filósofos que han descrito el amor porque omití, sin querer, a Platón, fuente de donde mana casi todo lo que se ha escrito sobre el tema. La tesis de Jung de que el amor es la búsqueda de una representación femenina en el hombre y una masculina en la mujer, el amor como complemento, es expuesta por Aristófanes en El Banquete, con su mito del andrógino. En un principio, los humanos eran dobles. Tenían cuatro piernas, cuatro brazos y órganos sexuales dobles. Los dioses celosos los dividieron para hacerlos más débiles (mito de la caída, tan común a tantos pueblos, los dioses impiden al hombre igualarse con ellos; como en el Génesis, Dios niega los árboles del conocimiento y de la vida a los humanos para que no se transformen en divinidades). Los había que eran hombre y mujer. Esos son heterosexuales. Los que eran hombre y hombre o mujer-mujer también buscaban su pareja. La idea de que se ama solo lo que no se tiene es enseñada a Sócrates por Diotima en el mismo diálogo. Por eso el filósofo ama la sabiduría, pues no la posee. El complemento lógico es que un ser que posea todas las perfecciones, como Dios, no ama, conclusión que sacará Spinoza. También para Platón hay dos tipos de amor porque hay dos Afroditas. Esto pone en boca de Pausanias en El Banquete: “Es indudable que no se concibe a Venus sin el Amor, y si no hubiese más que una Venus, no habría más que un Amor; pero como hay dos Venus, necesariamente hay dos Amores. ¿Quién duda de que hay dos Venus? La una de más edad, hija del cielo, que no tiene madre, a la que llamaremos la Venus celeste; la otra más joven, hija de Júpiter y de Dione, a la que llamaremos la Venus popular”. La primera produce un amor más espiritual (Ágape), la otra, el más carnal Eros. Continúa Pausanias: “Llamo hombre vicioso al amante popular que ama el cuerpo más bien que el alma; porque su amor no puede tener duración, puesto que ama una cosa que no dura (…) El Amor de la Venus popular es popular también, y sólo inspira acciones bajas; es el amor que reina entre el común de las gentes, que aman sin elección, lo mismo las mujeres que los jóvenes, dando preferencia al cuerpo sobre el alma. Cuanto más irracional es, tanto más os persiguen porque sólo aspiran al goce, y con tal que lleguen a conseguirlo, les importa muy poco por qué medios (…) Es preciso tratar al amor como a la filosofía y a la virtud, y que sus leyes tiendan al mismo fin, si se quiere que sea honesto favorecer a aquel que nos ama (…) Es bello amar cuando la causa es la virtud. Este amor es el de la Venus celeste; es celeste por sí mismo (…) Todos los demás amores pertenecen a la Venus popular”