Spike Jonze emociona y enamora al mundo con Her: una distopía romántica que nos plantea un futuro terroríficamente cercano en el que la soledad se puede suplir con el amor de un sistema operativo. La nueva fábula del director de Donde viven los monstruos está protagonizada por Joaquin Phoenix y nominada a cinco Oscar.
por Luis Fernández¿Quién no se ha enamorado alguna vez de alguien que no conoce? ¿Quién no se ha sorprendido a sí mismo sonriéndole a la pantalla de un ordenador? No necesitamos ponerle cara a una persona para saber que existe una conexión. O para creer que existe. Spike Jonze reflexiona en su última obra sobre este “nuevo amor”, sobra la forma en la que la tecnología ha cambiado nuestra forma de relacionarnos y de ver el mundo.
No entraremos en esta crítica a analizar escena por escena la más que interesante Her. Es más bien una invitación a verla, a reflexionarla y a debatirla. Para quién escribe es una película asombrosa, de una delicadeza increíble y que nos obliga a mirarnos al espejo. Uno sale de la película como el que sale del psicólogo, es decir, sin haber resuelto el problema pero al menos habiéndolo enfrentado.
Las acciones y palabras de un extraordinario Joaquin Phoenix se sienten reales y cercanas; en su mayoría escenas cotidianas que, en un momento u otro, todos hemos vivido (o viviremos). ¿Quién no se ha metido en la cama con el teléfono/ordenador y ha pasado horas hablando con esa persona, con “Her”? ¿Quién no ha contactado con alguien en cualquier red social y ha pensado que verdaderamente conoce a esa persona? Las fronteras comunicativas están tan diluidas en la actualidad que, en ocasiones, perdemos la noción de las fronteras físicas.
Joaquin Phoenix construye un personaje complejo, cuyas miradas nos destrozan y nos transmiten vida; pero no menos interesante y complicado es el construido por Scarlett Johansson. Su única herramienta es la voz. Y su voz nos enamora. Caeremos en sus redes a la vez que el protagonista, sentiremos sus alegrías, sus dudas, sus miedos, sus frustraciones… Un sistema operativo nos ha robado el corazón, con todo lo que ello conlleva.
Pero ¿realmente conocemos a “Her”? - Substituya aquí “Her” por el nombre de esa persona especial -. ¿La tecnología no nos ha dado una falsa sensación de exclusividad? ¿Esos guiños, esas bromas privadas, eran solo nuestros? ¿O eran compartidos? ¿Cuándo se produzca el encuentro el sentimiento seguirá ahí? Y mucho más importante ¿somos las mismas personas cuando nos relacionamos a través de cualquier medio tecnológico que cuando salimos a la calle, cuando nos enfrentamos al mundo real? Her es sobre todo preguntas de difícil respuesta.
Podríamos seguir hablando de lo imponente que está todo el reparto, desde los mencionados Joaquin Phoenix y Scarlett Johansson, hasta Amy Adams, Rooney Mara u Olivia Wilde, que tienen su oportunidad para brillar en diferentes momentos de la película; comentar la magnífica recreación de este mundo futurista acompañado de una bellísima banda sonora; o la acertada mirada del director Spike Jonze… Pero todo se ha dicho, y aquí hemos querido apostar por las sensaciones.
Y, si bien, en última instancia la emoción no llega a cuajar del todo, la semilla ha quedado plantada. Es imposible no enfrentarse a esta película desde una visión personal.
Son pocas las ocasiones en las que podemos acudir al cine, sentarnos en una butaca y pensar en nuestras propias vidas en la manera más cotidiana. Olvidaos del envoltorio (ese futuro cercano, lo es más de lo que parece), coged la emoción y atended a sus palabras; Her sabrá recompensaros.