Etimológicamente, la palabra Poliamor sugiere la existencia de mucho amor, es decir, el amor brindado y recibido de y para otras personas, ya que como seres humanos, la capacidad de amar es inherente, por tanto, se perpetúa en un plano emocional, espiritual y/o erótico. Para ser más precisos, el poliamor abarca un estilo de vida que se basa en tener relaciones con más de una persona, tanto a nivel afectivo, emocional, y si es el caso, también sexual.
La teoría, y más allá de esto, la vivencia del poliamor, propone la necesidad de romper con un patrón de conducta monogámico impuesto por la cultura, la sociedad y la educación, en el que se tiene como estándar de “realización personal y afectiva”, en torno a la construcción de una relación de pareja, la escogencia de la misma como una única posibilidad. Contrario a lo anterior, el poliamor defiende la teoría de que, todos los seres humanos nacemos libres, por tanto nuestra naturaleza es ser polígamos.
Ser poliamoroso por supuesto, tiene una serie de características particulares que para la mayoría de personas condicionadas por dinámicas familiares tradicionales y culturales, son complejas de desarrollar, sin embargo no imposibles. Dentro de estas características, se encuentran la capacidad de amar a más de una persona de manera simultánea, sin que esto conlleve a sentimientos como la culpabilidad, la desconfianza y la inseguridad.
A diferencia del intercambio de parejas o los famosos “swinger”, que implica únicamente el contacto sexual con otras personas diferentes a la pareja estable, para la persona poliamorosa es importante formar relaciones vinculares en las cuales se involucren las emociones y la afectividad, independientemente de si coexiste una intimidad sexual o no.Hay tres reglas básicas a tener en cuenta, antes de iniciar con un estilo de vida poliamoroso. La primera es que todas y cada una de las personas con las cuales se tenga una relación de pareja, deben conocer este estilo de vida, estar de acuerdo y tener también la opción de vivir el poliamor. La segunda es que la comunicación y la confianza, son dos elementos primordiales dentro de una relación poliamorosa, que todo sea basado en un diálogo sincero y abierto respecto a la relación. La tercera es el manejo de la “compersión”, contrario a los celos, la compersión es aquella capacidad de ser feliz consigo mismos y la felicidad de sus parejas, aceptar que quien se ama, puede amar a alguien más, y que sobretodo, esto no se traduzca en una especie de desplazamiento, sustitución o competencia, pues el poliamor reconoce la existencia de la diferencia, la libertad, y de paso, la eliminación de concebir al otro como “derecho de propiedad”.
El poliamor puede ser fácilmente confundido con infidelidad, promiscuidad, orgías o incluso la poligamia. Estas, son relaciones cobijadas por deseos sexuales y acuerdos sociales, que simplifican el verdadero sentido de lo que quiere dar a entender el poliamor, que justamente se trata de la posibilidad de amar a muchas personas, sin importar su condición sexual; su distintivo más importante, es que se acepte este tipo de relación en todas las partes involucradas, y de hecho, aunque el componente sexual puede incluirse, este mismo pasa a un segundo plano.
Día a día, la especie humana es protagonista de innumerables luchas y revoluciones; es clave ser partícipes de las transformaciones de una sociedad, que en varias circunstancias ha sido una víctima más de la opresión y codicia de nuestros propios temores. En medio del caos, la envidia, las guerras, la maldad, una gran posibilidad, es contemplar el amor como vehículo de luz y de autoconocimiento. Quizás el poliamor para unos, sea una total locura que arrebata la necesidad de tener consigo una seguridad reflejada en el prójimo, pero para otros, el poliamor es una opción que precisamente, nos brinda la oportunidad de impedir que ese prójimo, cargue con una responsabilidad que no le pertenece, la de un sentido de vida propio y autónomo. Vale la pena aclarar que la monogamia no es inválida ni perjudicial para quienes la eligen, si se abre campo a las transformaciones positivas, a partir del desarrollo de la individualidad, y cómo este influye en una relación armónica de pareja.
¨Amar es querer la libertad, la completa independencia de otro; el primer acto del verdadero amor es la emancipación completa del objeto que se ama; no se puede amar verdaderamente más que a un ser perfectamente libre, independiente, no sólo de todos los demás, sino aun y sobre todo de aquel de quien se es amado y a quien se ama¨. Mijail Bakunin