Hablar de amor un día cómo hoy puede parecer para muchas personas bonito, especial, romántico… y para otras puede resultar tedioso, empalagoso, triste…
Desgraciadamente en nuestra sociedad tenemos una idea de amor romántico que no se corresponde con la realidad en la mayoría de los casos. Una conducta amorosa que estipula lo que ‘de verdad’ significa enamorarse y que sentimientos han de sentirse, cómo, cuándo y con quién.
A veces parece imposible encontrar a una persona adecuada para ti y que a la vez piense que tú eres una persona adecuada para ella. De modo que cuando ocurre, sueles sentir tanta emoción que ni siquiera te importa lo que sucede a tu alrededor.
En las primeras etapas de una relación es totalmente normal ver el mundo a través de unas gafas de colores maravillosos y positivos. Pero, ¿nos dejan ver bien estas gafas? O, por el contrario, ¿se convierten en nubes que nos impiden ver que la relación no es tan sana como debería ser?
Una relación sana es aquella en la que no hay maltrato, en la que el respeto es la base, en la que los comportamientos controladores o abusivos no existen. Hay parejas en las que estos valores desaparecen y viven día a día en relaciones insanas de manera natural, transmitiendo así, esta normalidad a sus hijos e hijas. ¡Pero esto no es ni mucho menos normal!
Por ello, vamos a quitarnos por un momento las gafas y a reflexionar sobre el tipo de relación en la que vivimos.
¿Está nuestra relación basada en el respeto mutuo? ¿Valoramos a la otra persona y aceptamos sus limitaciones?
¿Confiamos en nuestra pareja o por el contrario reaccionamos negativamente cuando sentimos celos?
¿Somos honestos/as con nuestra pareja?
¿Apoyas a tu pareja en los buenos y en los malos momentos?
¿La relación es equitativa y justa?
¿La relación te permite ser quién eres?
¿Se habla abiertamente de sentimientos, malentendidos y diferencias?
Tanto si tienes una relación como si no, recuerda que es bueno ser exigente respecto a las personas con las que te relacionas PORQUE EL AMOR NO LO PUEDE TODO.
Esta es una crónica especial, de un día como otro cualquiera…
Crónica de Tere Henriquez