Revista Música
Joy division – Unknown pleasures
Son pocas las ocasiones en que los pesares humanos mas auto hirientes resultan de tan buena manufactura, que mas que pasar a ser del gusto masivo se vierten en obras de culto.
Y esto le aconteció a la banda en cuestión, mas que arrasar de popularidad en sus días fue su corta duración, e interesante historia lo que le haría acreedores de un renombre respetable, también sus excelentes trabajos que de por si iban a la par de la aclamación del publico como de critica.
Valores agregados, que teñían de oscuro la aparentemente mitificada figura de su frontman, Ian Curtis, un joven suicida que nos legaría una buena dote de arte y actitud histriónica.
La estructuración como banda propiamente tal se remite a finales de los 70’s cuando se toparon 4 de sus miembros en un recital de los Sex Pistols, mas tarde se complementaria el armatoste con unos cuantos cambios entremedio, el baterista original pasaría a ser el representante de la banda, por la falta de confianza en sus propias habilidades.
Vendrían unos cuantos mas a ese puesto, incluyendo a uno que fue despedido del grupo de una manera bastante original, cuando viajaban en una camioneta se le pidió que bajara a revisar los neumáticos que tenían un aparente problema, apenas este hubo descendido del vehiculo, aceleraron y lo abandonaron.
La alineación final quedaría con Ian Curtis en voces, Peter Hook (bajo) Bernard Summer (guitarra) y Stephen Morris en batería. El nombre de la banda tampoco seria una elección clara desde el principio, pasando por Stiff kittens y Warsaw, concluyendo con Joy division que esta inspirado en una novela de Ka-Tzetnik, llamada 135633, aludiendo a una division de mujeres judías que en la segunda guerra mundial eran usadas como esclavas sexuales.
Ian, pese a su temprana edad ya se encontraba casado, el es el principal causante de las letras mas introspectivamente depresivas, y dar esa voz con un sabor sobrio y antiguo, mas era conocido por sus bailes excéntricos y esquizofrénicos sobre el escenario, muchas de esas veces no se sabia bien si estaba emulando los ataques de epilepsia de los cuales era victima o realmente estaba sufriendo de estos, en bastantes ocasiones si paso así y entre desmayos y convulsiones debían retirarlo del escenario. El bajo de Hook, aportaba una cuota enfermante de atmosfera pesada, como si la fuerza gravitacional nos fuese a reventar de un momento a otro. Y la guitarra desvariaba penetrantemente filosa, cuando así lo quería. Para muestra mirar el venenoso riff de Shadowplay. La batería era una extraña hibrida, que resonaba atmosféricamente para donar mas bonos al punto mas alto de los ex Warsaw, su inquietante aura entre depresiva enfermiza y ganas de patear.
Este placer desconocido, imprime en su portada, 100 pulsos sucesivos del primer sonar, no se bien que sea eso, pero asumiendo la condición de no-luz, que engendraron, expresa una frialdad sombría que estremece y se resalta con su contenido musical.
Disorder, abre con ritmo alegre, oigan bien lo que digo, porque no creo lo vuelva a repetir a lo largo de esta reseña, trastocándose en lo único jovial que tendrán el placer de escuchar en esta placa. Mas ya acarrea esas siluetas y figuras tan perfectas que arma Hook y Summer. Bailando expresivamente mientras el entorno se desvanece, en cenizas más grises.
She’s lost control, narra la historia de una chica que fue a pedir trabajo donde Curtis laboraba y sufrió un ataque de (adivinen que) epilepsia, para unos días mas tarde morir, es una composición interesante donde la guitarra suena densa luego de los coros, mientras la voz se deja caer de una manera mas lenta en comparación con el resto de la instrumentación. Day of the lords, es más de marcha negra, con cánticos tétricos para caravanas reflexivas.
Shadowplay, planea con aplomo primeramente, marcando una pantalla que se deja ver levemente pesada y luego acuchillando y aserruchando la carne con su guitarra cortante.
Insight, recrea inicialmente algo similar a una cloaca donde se abren puertas de metal con ecos sucios, agregando a la mitad unas tinturas electrónicas similares al canto de pájaros, contrapuestos a la marcada y monótona melodía lánguida. Interzone, encarna la onda, y un dialogo rítmico significativamente mas liviano que sus acompañantes.
I remember nothing, lacera como un vidrio cortado, y esa voz, esa voz, tan reconocible, duele profundamente.
Con un ritmo lento, Joy division no conoce la piedad para con sus oyentes. Candidate, persigue la misma senda de la anterior, dejando sin un rastro de paz para los escuchas. Wilderness, parece homogénea o una condensación de absolutamente todo lo previo, lo cierto es que resume dignamente las mejores cualidades de Unknown pleasures.
New dawn fades, es generoso en guitarra rítmica, y unas reminiscencias bastante bonitas que se oyen sutilmente de fondo, todo ello mientras nuestro poeta vocalista se mata cantando con un poco mas de entereza y armónicamente desvaneciendo.
Una mítica placa inicial y de culto por lo demás, es indesmentible ya, que algo pasa cuando oyes entera y fielmente este primer trabajo acompañado puramente por la música.
Todo acabaría unos meses mas tarde con el suicidio del joven vocalista (23 años) la separación temprana de su mujer, la epilepsia y una depresión, se llevarían las letras malditas de Ian fuera de este lado dimensional, se le encontró colgado en su casa mientras escuchaba el disco Idiot de Iggy pop, también se menciona que esa misma noche había estado viendo la película de Werner Herzog, Stroszek, imágenes en movimiento que contaban la vida tormentosa de un joven artista suicida, que mas ejemplificador. Mas su legado perduraría en el inconciente colectivo, al menos de nosotros los que aun vagamos por el otro lado del camino y no el de las masas histéricas. Réquiem por Curtis, como siempre digo, la gente no muere cuando su carne fallece sino cuando se le olvida, por consiguiente Ian será inmortal, en nuestras mentes retorcidas y melómanas.
• Tracklist
• Disorder
• Day of the lords
• Candidate
• Insight
• New dawn fades
• She’s lost control
• Shadowplay
• Wilderness
• Interzone
• I remember nothing