¿El amor tiene cara de mujer?

¿El amor tiene cara de mujer?
La historia de Eyvi Ágreda, la mujer a la que le prendieron fuego en un bus en Miraflores
Tiene 22 años y su vida aún corre peligro. El despecho de un sujeto que estaba acosándola habría provocado el brutal ataque que la ha dejado al borde de la muerte.

Los seres humanos o quizá podamos decir hombres .siempre nos jactamos del amor, de una mujer, la poesía, y también de otras pasiones que nos embelesan y nos transportan a ese mundo mágico de sentimientos hacía esa persona en especial.
Pero que sucede cuando ese sentimiento se vuelve obsesivo, acosador .y muchas veces violento alcanzando la etapa de la muerte.
El Perú ocupa vergonzosamente el segundo puesto de violencia sexual en un ranking siniestro, nefasto, terrorífico. Según índices del ministerio de la mujer desde enero a marzo se han denunciado 1778 casos en todo el país. (26 de abril 2017)
En la mayoría de estos casos (1.185), las víctimas fueron mujeres cuyas edades oscilan entre cero y 17 años, Los casos de mujeres jóvenes y adultas violentadas sexualmente suman 426.Ahora bien, estos delitos afectan también a personas adultas mayores (ancianas). El registro del MIMP recoge 18 casos hasta marzo
En menor cantidad, pero igualmente indignantes, son los casos donde las víctimas de abuso sexual son varones: 149 casos en lo que va del año.
Por regiones, en el citado periodo de tiempo, los casos de violación sexual tuvieron mayor incidencia en las regiones de Lima (321 casos), Junín (87 casos); La Libertad (49 casos); Ica (41 casos); San Martín (37 casos) y Cusco (36 casos).

Al respecto, se precisa que “hay 22 denuncias por casos de violación sexual por cada 100 mil mujeres, lo cual es una cifra muy alta” que pone al Perú en el segundo lugar en la región en la ocurrencia de este delito.

Según el Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Organización de Estados Americanos (OEA), a nivel de América del Sur, el Perú se halla solo detrás de Bolivia en casos de violaciones sexuales. El tercero es Brasil.
Ahora bien después de ensayar esta breve introducción a modo de advertencia quisiera si me lo permiten expresar en líneas ,lo que tenía en mente ya hace varios días ,claro lógicamente luego de observar cifras tan aterradoras, contra la mujer. No solo de mi país sino para todas aquellas que comparten el mundo, y espacio con nosotros.
Siento vergüenza, al mirarte a los ojos. Culpable no soy de aquello que lastimosamente te suceda.
Te pido perdón, ya que muchas veces soy un observador pasivo ante una falta contra ti. Muchas veces callo cuando te veo caer a causa de un golpe, tropiezo e insulto. Esta vez no sé cómo actuar pues me siento petrificado ante los actos de mis congéneres, hombres dicen ellos, cobardes les llamo yo.
Ruego que nos perdonen María, Juana, Zoila, Patricia, Silvia, Milagros, Daniela, Eyvi, Sofía, Martha, Elsa, Elisa, Cecilia, Alicia, Beatriz, Irene, Yesenia, Araceli, Laura, Catalina. Todas ellas víctimas de violencia, sea cual fuera el motivo. Victimas al fin. Cuando creían que las protegeríamos no sabían que se dirigían directamente a su verdugo.

Pues a pesar de que organicen marchas “Ni una menos”. O” tocas a una, tocas a todas “nos falta mucho para desarrollar un plan de protección integral hacia ellas. La verdad es que estamos lejos de proteger a este género, pues las cifras tan escalofriante reveladas en la región, nos muestra y demuestra la falta de persuasión de los seres humanos para reivindicarnos con ellas.
Temo por las mujeres que me rodean, las que comparten mi hogar y mi entorno, temo por mi madre, mi esposa, mis hermanas, sobrinas, nietas, amigas y todas ellas que también nos rodean.
Temo por el hombre hambriento de placeres primitivos, temo por ese hombre que se encuentra acechando cual gallinazo carroñero, a su presa. Temo por ella .temo por el mundo.