Revista Cultura y Ocio

El amor tiene corazón de perro

Publicado el 14 diciembre 2015 por Isabel Isabelquintin
El amor tiene corazón de perro
No recuerdo la fecha con certeza, pero ese, el día en que me detuve en seco antes de meter la cabeza y luego el cuerpo en el pudo ser el mas grande error de mi vida. Desde ese día en adelante he amado no con el cuerpo, no con las ganas, ni con el deseo... desde entonces he sabido lo que es amar con el corazón.
Mi vida era una carrera por encontrar no se qué, por rodar de boca en boca despellejándome el corazón y entregándolo a pedazos a ver si alguno de quienes lo recibían era nimiamente capaz de arriesgarse a entregarme un poco del suyo. 
Una mañana simplemente desperté sintiéndome vacía, sin sueños ni ilusiones,sin futuro ni esperanzas de que todo sería distinto y que sucedería por arte de magia todo aquello que esperaba.
Ni el café de la mañana, ni la vista del amanecer. ni la música o los libros lograron ponerme en sintonia, de nuevo, conmigo.Esa mañana simplemente no comí nada más que un vaso de yogur y una galleta de avena y me fui a enfrentar el día como si se tratase de un castigo sin remedio.Y veía pasar la gente y pensaba en si se sintieron alguna vez como me sentía en ese momento. No me importaba el calor sofocante dentro de ese articulado de Transmileno que iba a rebosar, ni el RAP estridente que oía uno de los pasajeros, o algún olor que me obligaba a refugiar mi nariz en la manga de mi chaqueta perfumada. Yo, sencillamente, estaba vacía con una terrible sensación de soledad.
El día transcurrió a prisa, porque tuve demasiado que hacer y que no me permitía pensar en mis vacíos.Pero llegó a su fin, o al menos la jornada laboral. Tomé mi bolso, me puse unos zapatos bajos que me permitiera caminar relajada unas cuantas calles y salí. Mientras esperaba el elevador, un mensaje avisó su llegada en mi teléfono. Lo revisé sin mayor interés...
"Estoy de nuevo en la ciudad, quiero verte"
Seis meses sin saber de él ni una sola vez desde que decidió irse a cumplir su sueño y simplemente aparece como si nada e intentando disponer de mi como quien dispone de su propio tiempo.
No le respondí. Abordé y esperé recargada sobre la pared a que se llenara de gente el cubículo. Miré al suelo, las puntas de mis zapatos y puse la mente en blanco, algo que pocas veces puedo lograr.
De nuevo el teléfono,esta vez era una llamada de casa.No estaba para mi familia, ni para nadie.No quería que me contaran lo que sucedía allí,porque solo me sentiría mas sola.
Guardé el móvil en lo mas profundo de mi bolso y caminé hacia la salida. Un par de compañeras me invitaron a tomar el taxi con ellas.Negué con la cabeza y avancé, La brisa helada recorría la ciudad, me abracé y elevé los hombros para arroparme mejor a mi misma. Llegué a la esquina y esperé junto a otras personas que el semáforo nos indicara que podíamos cruzar.
Miré al cielo. Una luna de creciente brillaba en lo alto. Sonreí a medias al recordar la vez que alguien me comparó con la luna:
"Bella, constante... pero inalcanzable"
Me reí, de nuevo como aquella vez. No soy inalcanzable, en lo absoluto. Simplemente soy yo, y mi cabeza es un mundo aparte que controla mis acciones.
Avancé sobre la cebra y llegué hasta la estación, esperé en la fila a que llegara mi turno de pasar la tarjeta y subir  al atestado bus transmilenio que me llevara de regreso a la soledad de mi templo.
-¡Isa! -grito una voz que reconocí enseguida.
No me giré, simulé estar enfrascada en lo que fuera que pasara dentro de la estación entre un policía y un anciano.
Fue cuando sentí su mano en mi hombro y me obligué a girar y a fingir sorpresa.
-¡Hola!  -dije forzando una sonrisa.
El no dudó en atraparme en sus brazos y sacarme de la fila.
-No tienes que pasar por esto -hizo una mueca de desagrado-. Tengo mi auto cerca.
-En realidad estoy cansada y...
 Cubrió mi boca con uno de sus indices.
-No acepto una respuesta negativa, llegué esta mañana y todo lo que he querido desde entonces es verte y decirte lo que he venido a decirte.
Asentí porqué sabía que no había remedio, si me negaba allí mismo me levantaría como a una caja y me llevaría a dónde quisiera. No podría luchar ni contra su estatura y menos contra su fuerza.
Caminamos de regreso y anduvimos una cuantas calles en silencio. No supe si el de él era como el mio: incomodo y extraño y eso que suelo ser buena conversando.
-¿No quieres saber de mi viaje? -dijo. Se supone que debía preguntar pero en realidad me importaba un comino si París se ve hermosa de noche con tantas luces o si su clima de verano es perfecto para encontrar el amor.
-Claro, sería estupendo saberlo.Y empezó a hablar de toda su experiencia en 3D, me quedé en su llegada al aeropuerto.
-¿Y sabes lo que me dijo el hombre de barba?Me obligué a reaccionar.
-No, ¿qué?
Y siguió con su charla. Hasta que encontramos el parqueadero en el que estaba su auto. Subimos y allí me tomó de las manos.Me miró con amor, sí, se muy bien como es ese tipo de mirada porque las he recibido un par de veces.
-Nada de lo que viví allí me ha llenado el vacío que quedo en mi desde ese día que decidí por encima de ti. Ese día que debimos celebrar tu cumpleaños y en lugar de eso, te dejé una hora antes de que fuera media noche.
No dije nada, era su culpa y si, fue una marranada lo que hizo. Así que si quería sentirse culpable por ello, por mi estaba bien,
-Te quiero en mi vida, es mas te necesito en ella.
-Mira... estos meses.
-Han sido difíciles, lo sé. Pero he vuelto aunque no para quedarme -hace una cara de desánimo que para nada me entristece. Se ve obligado a encender el auto y salir a la calle, luego aparca y sigue su discurso-. Vente conmigo, podemos hacer una vida juntos y...
¡¿Qué?!
Las alertas de mi cuerpo se encendieron y giraron como las luces de una sirena. Incluso sentía ese sonido acribillando mis tímpanos.-No hablarás en serio -atiné a decir, debía ser una broma. Él sabe como soy y lo que pienso de "una vida juntos"
-No he hablado tan en serio en toda mi vida.
Sus ojos me miraron esperando una respuesta.
-No puedes aparecer seis meses después de dejarme tirada, como si nada pasara y simplemente soltarme esta bomba.
Lo piensa un poco, aprieta sus labios en sus dietes y luego habla
-Se que he sido un cerdo... pero si pudieras perdonarme te juro que nunca sucederá de nuevo.
-¡Y es que no sucederá de nuevo porque no pasará! No me iré de aquí ni por ti ni contigo. Este es mi lugar y lo nuestro no puede continuar porque acabó ese maldito día que se ocurrió darme como regalo de cumpleaños el adiós mas imbécil de todos. ¡Ese día me diste una patada en el culo y te saliste de mi vida para siempre y ya no entrarás jamás!
Abro la puerta y salgo de auto, Él también lo hace.
-Lo siento, lo siento tanto...
-Y yo lo sentí mucho más porque en realidad llegué a creer que eras tu y que mi búsqueda había terminado... solo que la vida siempre me muestra la verdadera personalidad de las personas y tu, ¡tu eres un completo cobarde!
Levanto la mano y detengo un taxi, subo y avanza hasta el final de la calle esperando que le de una dirección,
Vuelvo a casa, en la portería una niña tiene una caja llena se cachorros de labrador. La miro de reojo y espero a que uno de los vigilantes me diga si tengo correspondencia.
-¿Quisiera adoptar un perrito?
La miro de vuelta y a los cachorros
-No -digo y niego con la cabeza.
-Los encontré en la basura antes de que el camión se los llevara y... -aprieta los ojos no dice mas pero  ambas sabemos lo que les hubiese sucedido.Cuento solo tres cabezas.
-¿Y los demás?
-Una señora llevó dos y he ido con mamá a todos los apartamentos para saber quien se quedará alguno, solo se quedaron uno Y hace un momento un señor que vino  a dejar un pedido se llevó dos. Yo dejé el mio en casa y me quedan tres mas.
Me giro para irme y ella habla de nuevo
-Usted tiene cara de necesitar uno, le aseguro que no se arrepentirá.
-No, gracias.
Los escucho llorar, tal vez por hambre,sueño o frío.
Se que no cuido ni de mi misma como debería, que soy la peor adulta que conozco y que seré pésima cuidando de otro ser vivo por eso me niego a ser madre. Solo que un aleteo extraño en el corazón me obliga a girarme y elegir esa cabecita rubia por encima de las otras negras. Simplemente lo tomo como quien saca una balota y lo pongo bajo mi brazo.
-¡Gracias! -grita la nena.Sonrió y lo miro inspeccionándolo.
-Debes enseñarme como se hace.
Su pequeña lengua lame mi mano y enseguida tengo la certeza de que mi vida ha encontrado un nuevo sentido.
Y la aventura que  empiezo con esa bolita de pelos es todo un nuevo camino, verlo crecer y comer y aprender a subir escalones y peor... descender a botes. Y que me despierte a media noche porque necesita ir al baño y que se enferme y yo sienta que me muero porque el está mal y que poco a poco ya vamos andando juntos por la calles y que el tiempo pase y pase y hoy es bola de pelo tenga dos años, parezca un ternero y sea la luz de mis ojos, mi mejor compañía y el ángel que me enseñó que existe el amor mas puro y desinteresado del mundo.Que sin importar la hora se levanta  y camina a donde le lleve, que duerme conmigo y me despierta a lamentones, que se queda en la puerta viéndome ir y al regreso está ahí y bate su cola para saludarme me carga los paquetes y espera su beso y las caricias que anhelo todo un día.
Que es cierto que en ocasiones no quiero despertar a llevarlo a hacer sus necesidades, que es una responsabilidad mas grade que yo misma su comida, su salud y su ánimo.
Es como un hijo de eso estoy segura y ahora mismo se que la nena tenía razón. No me arrepiento de traerlo y de que esté conmigo, de que la soledad esté relegada a otro piso del edificio porque en este Sabas reina, tanto en el sofá como en mi corazón.
Con el empiezan y acaban mis días, con el experimento todo el amor y la ternura del mundo, con él disfruto de lo hermoso de la vida y también olvido las penas si sus ojitos me miran, Con él mis pasos no son dos huellas sino seis y con él aprendí que el amor que necesitaré siempre es el que me da el corazón sincero de un perro.
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¡Gracias por leer!

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