En este mundo de relaciones líquidas; de promiscuidad virtual y física; de falta de valor y de valores; de verdades a medias; de mentiras piadosas y de parejas desechables; parecería que el amor verdadero está en peligro de extinción.
Es un hecho que el mundo ha cambiado, que las formas de relacionarse con los demás ha evolucionado de manera disruptiva; que las posibilidades de obtener placer está a tan solo un toque del teléfono inteligente, sin importar el momento, el entorno y ni siquiera la compañía.
Es también una realidad que “SIEMPRE” y “NUNCA” son demasiado tiempo para la falta de paciencia, tolerancia y compromiso de la sociedad actual.
Por todo ello, el amor verdadero en esta “nueva realidad” no es ya una relación recíproca y mucho menos eterna.
El amor verdadero se demuestra con la honestidad.
En esta nueva realidad las relaciones humanas se han transformado, más la transparencia, la claridad y la honestidad son cada día más apreciadas por las nuevas generaciones. La equidad en la diversidad solo es posible de lograr a través de la empatía y del respeto al otro.
Aquella persona que de verdad ame a otro, lo demostrará al expresar la verdad a su pareja, dándole a ésta la posibilidad de decidir aceptar dicha verdad, por muy dolorosa que ésta sea.
Hablar con la verdad es una muestra de respeto invaluable. Respetar a tu pareja es un acto de amor verdadero.
Amar de verdad significa comprender que la mentira, el engaño, incluso el ocultamiento, no son formas de “cuidar” al otro.
Amar de verdad implica el valor de expresar nuestros errores, debilidades, incluso perversiones; solo así la otra persona podrá, con verdadero conocimiento, aceptar estar y compartir tiempo a tu lado.
Es un hecho que se requerirán nuevas reglas de convivencia, establecer acuerdos que ayuden a permanecer en medio de las condiciones que la verdad haya generado. Habrá los que construyan una relación poderosa y generadora de momentos felices juntos. Habrá quienes decidan no estar, y está bien.
Amar de verdad es aceptar las decisiones de la otra persona.
Si amas de verdad, regálale a esa persona una historia de vida honesta y verdadera.