El amor y el miedo a expresarnos en pareja

Alguna personas no sufren de ningún tipo de problema a la hora de expresar su opinión o negarse a realizar algo determinado que su pareja le pida. Sin embargo existen personas que se sienten presionadas y a las que les cuesta decir que no.

Esto puede ocurrir por varios motivos:

1. Infancia bajo presión: En la infancia los niños empiezan a relacionarse con el mundo que les rodea, en el cual existen normas de educación y buenos modales que los padres enseñan. El problema radica cuando los padres se extralimitan y empiezan a imponer su forma de pensar y a decidir por ellos, con el paso del tiempo los niños tendrán más dificultades para decir lo que piensan realmente debido a que tienen miedo de que estos padres los insulten o humillen en público por su forma de pensar. Esta presión puede incluso llegar a extenderse a todos los ámbitos una vez llegada la edad adulta, llegando a afectar a su entorno afectivo, social y laboral.
2. Relaciones de pareja tóxicas: En las relaciones tóxicas puede haber un miembro de la pareja que presione al otro de manera humillante. Este tipo de presión puede ser emocional, cuando se tratan de insultos, humillaciones, amenazas… o también puede ser física, cuando hay bofetadas, palizas, forcejeos… Esto provoca, además de traumas físicos que pueden derivar en violencia doméstica, graves problemas psicológicos los cuales pueden dejar secuelas y daños que repercutirán en las siguientes relaciones de pareja.
3. Acoso: El acoso se manifiesta de forma continua a lo largo del tiempo, existen diferentes clases de acoso dependiendo de si ocurren en el colegio/escuela (acoso escolar), en el trabajo (acoso laboral) en la calle (acoso físico) entre otros. Las secuelas derivadas de estos abusos pueden ser muy graves llegando incluso a enfermedades mentales como la depresión y a actos terribles como el suicidio, por lo tanto también repercute de forma grave en la forma de expresarse y el miedo de quién lo sufre.

En estos casos el otro miembro de la pareja debe ser consciente de estos problemas e intentar ayudar para que la otra persona se sienta cómoda y pueda expresar sus emociones y su forma de pensar sin miedo. En el caso de que no sea posible podremos recurrir a alguna terapia para arreglar estos problemas.

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