Revista Cultura y Ocio

El amuleto de Sagran (El Fin de la Quinta Época I), de Jorge Campos Fernández

Publicado el 02 noviembre 2013 por Zeleza @AtardecBajoArbo
El amuleto de Sagran (El Fin de la Quinta Época I), de Jorge Campos Fernández
Editorial: Círculo Rojo Páginas: 240 ISBN: 9788490503966Precio: 12,00 €
Sinopsis:
En el principio, solo habitaban sobre las pantanosas tierras de Mundo Nuevo las extrañas criaturas gronguis, o como mucho más tarde fueron llamadas por los humanos, hombres-sapo. Vivían a la orilla de ríos y pantanos, expandidos por todo Mundo Nuevo. Muchos, muchos años pasaron hasta que, venidos desde el otro lado de las grandes montañas del noroeste, la raza de los arcades, el hombre antiguo, conocedor y dominante de la magia, se fuera haciendo con el control de casi todo. En consecuencia, los gronguis poco a poco se volvieron reticentes y terminaron refugiándose en los pantanos más oscuros y recónditos. Así fue por muchísimos años. Luego, en el transcurso de la cuarta época, no se sabe cómo ni de dónde, apareció una nueva clase de hombre, los humanos, apodados por los arcades con el nombre de primitivos. No podían utilizar la magia, y su inteligencia estaba algo atrasada respecto a las de sus semejantes magos. Además de esto, y de que la media de vida de los humanos era de unos sesenta o setenta años y la de los arcades de trescientos a cuatrocientos años, no se diferenciaban en nada más. Pero pese a ello, muchos arcades los odiaban y los trataban como a inferiores. Mas con el tiempo el hombre primitivo se fue afianzando en Mundo Nuevo, se hizo más inteligente y sobre todo, más numeroso. A causa de ello, y a consecuencia de que el paso de las montañas del noroeste, así como las aguas de los mares de esta zona, quedaran helados por una glaciación, los arcades fueron perdiendo el dominio hasta casi la extinción. Algunos se aislaron, otros formaron familias con los humanos y solo unos cuantos siguieron utilizando la magia como hechiceros a cargo de reyes o poderosas gentes.
Un día, un rey contrató los servicios de un joven hechicero llamado Modris de Cángelus, quien gracias a un dominio total de la magia que con fuerza emanaba de su interior, consiguió convertirse en el más poderoso de los arcades. Pero la codicia de poder, junto al odio a los no arcades, se adueñó tanto de su mente como de su corazón y tras matar al rey que le tenía bajo su servicio, se proclamó señor de todas las tierras que este poseía con la pretensión de expandir su reinado por todo Mundo Nuevo.
Unos cuantos arcades, aquellos que se oponían a él, tuvieron una visión en sueños. Un joven guerrero, descendiente de una rama arcade muy antigua, se enfrentaría a Modris para intentar acabar con su dominio de caos y oscuridad. La batalla final se decidiría en "El fin de la quinta época".
Opinión:
Otra nueva saga que tiene pinta de acabar siendo épica, y con una portada que me enamoró.
Como venimos acostumbrados desde hace tiempo, el mundo de la fantasía está “anclado” en un mundo de cimientos fijos: una mezcla entre la Edad Media y la imaginación de los primeros autores del género fantástico, más un plus que le ponga cada autor. Hay tantos libros, tantas películas, series, e incluso música, que hablan de estos mundos que ser original y creativo es difícil, casi una empresa imposible.  Pero el libro que presento es una alternativa bastante interesante a los que ya circulan por el mundo editorial.
Tenemos, por decirlo de alguna manera, dos historias paralelas (en principio) a mi juicio destinadas a encontrarse. En una, las aventuras de un joven pescador con unas habilidades fuera de lo común (que tampoco se dejan entrever mucho en este “volumen”), y unos sueños gloriosos, unos sueños que empiezan por ser un soldado.  Es un poco atípico porque de momento acepta su futuro roll de héroe, y lejos de amedrentarse lo que hace es entrenar.  Durante su viaje hará amigos y enemigos, y todos tendrán su papel.
La otra, es de otro joven de distinta clase social y raza antiquísima, una de las poderosas en antaño. Aquí se presenta al típico héroe mitológico: un niño que vive tras la matanza de su familia, un niño que se forja en el fulgor de la batalla aún cuando no había estado en una. Un niño que conquistó su libertad, que ahora de mayor reclama justicia y venganza por los muertos en el pasado.  Por los del presente. Por los futuros. Un inconformista del mundo que se les echa encima, poniendo en peligro sus tranquilas vidas. Un niño que optaba a ser un grande entre los grandes de su pueblo y que eligió llevar una vida de sangre y armas con un motivo y una idea en mente. 
Como he dicho, dos héroes que no se conocen. Dos mundos enfrentados por pelas del pasado, uno de ellos ahora prácticamente olvidado, y que con los tiempos de guerra están obligados a entenderse. El mundo que tiene un protagonismo mayor es el del primer héroe. En el, el autor hace muchas referencias a lugares de la geografía de Extremadura (España), cosa que me ha gustado mucho. El segundo no está del todo definido en el libro, por lo que supongo que en entregas posteriores tendrá su importancia.
Últimamente he visto un aumento de libros de ficción fantástica en los que aparecen los zombies. Evidentemente, no son zombies como producto de un virus o algo así, como en las series actuales. Son siempre producto de la necromancia.  Lo mejor de esto en este libro es que cuentan los pasos que llevaron a levantar a los caídos y por qué un tipo de muerto en concreto. Eso sí me ha parecido bastante original.
Los protagonistas de los libros de ficción de autores “primerizos” me suelen gustar. En este caso  porque  el héroe ya no es un ser inmortal careciente de sentimientos, que solo vive cosas fantásticas. El protagonista tiene que lidiar más de una vez con lo justo y correcto, con el deber frente a lo que tiene que hacer. Hay muchas escenas cotidianas que el autor las cuentas con gracia, y hacen sacar una sonrisa. Van desde quedarse dormido en un árbol hasta el rechazo y la insistencia en temas amorosos. Esto hace que se desahogue un poco la historia.
Además de narrar las aventuras, el autor mete “cuñas” de problemas de la sociedad actual (este y algunos otros que he leído, y la verdad que es una cosa que me alegra). Temas como el racismo, o la crítica –moderada y con lógica- del hombre que, intentando hacer algo bueno por especies “inferiores”, al final el daño que provocan es tal que ya no existe beneficio alguno. En particular, en el libro aparece una posible revolución de la ciencia y la magia realizada por una especie superior, que se acabó bajando hasta un nivel inferior al de los animales, y cuyo proceso se convirtió en uno ruin, macabro, mal visto y, finalmente, castigado. Así mismo, hace alusión también al pensamiento del hombre de eliminar todo aquello que no comprenda o pueda serle útil en vez de aprender de ello. 
Al ser un libro con héroes guerreros es fácil suponer que una de las características del libro es la abundancia de fuerza bruta sin control. Fuerza bruta sí, hay bastante, pero también inteligencia, astucia, pillería y empeño. Cosas a las que la fuerza aún no es capaz de ganar.

El amuleto de Sagran (El Fin de la Quinta Época I), de Jorge Campos Fernández

“Apoyó un momento la espada en la frente y cerró los ojos, como disculpándose por lo que estaba a punto de hacer. Se había dado ya cuenta de que luchar por lo justo era más
duro de lo que creía, pero era lo que debía de hacer.”

Bien, relaciones amorosas. En el libro, no hay prácticamente. Están los sentimientos de los protagonistas, pero algo diferentes. ¿En este libro puede considerarse que juegan un papel crucial? Pues para mi punto de vista no. ¿Qué en los próximos libros puede que sí? Puede. Del primer volumen se puede prever una bonita historia romántica para el futuro, y otra un tanto curiosa pero muy común hoy en día. Y ahora esto es un apunte personal desde mi experiencia: es muy rara la historia de amor “bonita” en un libro de ficción en el que las espadas sean importantes. Casi siempre estas historias se truncan, tanto para un lado como para el otro.
En cuanto al lenguaje de los personajes y la forma de escribir del autor. Esto sí que me ha encantado. Los personajes hablan según su roll en la historia. Los grandes ancianos de las tribus con elegancia y misterio, los guerreros con “bravuconería”, los nobles con sus “modales”, etc. Esto puede hacer que haya algunos personajes a los que hay que prestarle una atención especial cuando dicen algo. Así mismo, la calidad de las descripciones me ha gustado mucho, bastante detallado en muchas partes, aunque en otras he echado de menos un poco más de detalle. Pero vamos, nada fuera de lo normal. Y la escritura no es compleja, no está cargada de tecnicismos ni palabras raras; tiene una forma de expresarse clara y concisa, que lleva al lector a no desengancharse de la historia para buscar una palabra, ya sea en el glosario o en otro sitio. Es a lo que yo llamo una escritura “funcional”.
La trama. En esto, el autor sabe cómo mantener al lector enganchado. No hay muchos giros de argumentos, aunque parezca mentira. Pero Jorge Campos se las ha arreglado para que no dé tiempo a pensar “va a pasar esto o aquello”. La atención es constante.
Y ahora toca el momento de los “peros”. La verdad es que no tengo ninguno desde un punto de vista objetivo. Desde el mío, simplemente me hubiese gustado un poco más de descripción de la historia de este universo, así como un poco de “leyendas” sobre las zonas extremeñas que ha usado para el libro, para saber cómo las ha construido en la novela. También  descripción mayor sobre la aventura del segundo héroe, pero en los libros que son partidos la mayoría de las veces aparecen detalles en los libros siguientes (véase el Señor de los Anillos con la historia de Gollum).
Esto ya como un apunte personal. En el relato se aprecia bastantes analogías con el humano en la naturaleza. En el libro, razas poderosas que por X motivos han desaparecido. Los humanos, siempre débiles e inferiores, perduran gracias a su tesón y su capacidad de adaptarse a todo. 
En la naturaleza esto ocurre también. Si nos miramos críticamente, no tenemos nada. Ni un exoesqueleto duro, ni garras, ni dientes grandes, ni una velocidad de vértigo, ni fuerza. Nada de eso. Solo un cerebro y una capacidad de relacionarnos con el medio grandísima. Por este motivo, el humano, el más débil de todos los animales, ha podido colonizar todos los lugares del planeta, pasando a ser el “rey” de la naturaleza, aquella especie que es capaz de hacer que hasta los elementos cambien por efecto de él (independientemente que el cambio será para  bien o para mal).
Como resumen, es un libro primerizo muy bueno con toques originales, y con una historia que enganchan mucho. A mí personalmente me ha encantado, y espero con ganas otra parte.

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