Revista Cultura y Ocio

"El ángel caído", de Amelia Noguera: una profunda reflexión sobre la humanidad en la sociedad de hoy en día

Publicado el 24 agosto 2015 por Lidiacasado

Título: El ángel caído
Autora: Amelia Noguera
Editorial: Amazon
Género: novela contemporánea, thriller emocional
Páginas: 169
Publicación: 1/7/2015
  • ASIN: B010SIN00K

  Fran es inspector de policía de la Brigada antisistema. Su mujer, Andrea, le ha abandonado y él se ha quedado con su hija Alicia, aún una niña. Ambos se esfuerzan por acostumbrarse a vivir como ella ha decidido, sin escuchar cada día su voz.
  Héctor es un joven escultor licenciado en Bellas Artes que se gana la vida como vigilante de seguridad en el banco en el que trabaja su padre. A través de las redes sociales, contactó con un grupúsculo terrorista del Estado Islámico, y él y su novia, Irene, una bailarina en paro que estudia su segunda carrera en la Universidad, planean un atentado como lobos solitarios, que les servirá a los dos para demostrarse a sí mismos que podrán seguir adelante con su lucha: la misma en todo el mundo, la lucha por recuperar lo que otros, ávidos de riqueza y de poder, les han robado a su generación y a las que les seguirán. 
 Quieren ser héroes, héroes que recobren para todos la libertad que creen haber perdido. 
  Pero el mal y el bien son máscaras de la misma faz de Satán y Fran y Héctor se verán obligados a mirarse el uno en el espejo del otro. Como el Ángel Caído, la estatua negra del demonio, ambos caerán en el abismo, y el mal y el bien los rondará. Hasta que uno de ellos se imponga, como hace siempre, y la furia que despoja a los hombres de su humanidad y los convierte en cosas venza o sea vencida. 
  Este thriller emocional que podría estar ocurriendo ahora en cualquier gran capital del planeta nos presenta una historia atemporal, en la que las pasiones humanas se convierten sin remedio en las verdaderas protagonistas y las miserias o el amor de los demás, en la única redención. 
   Me gusta mucho la manera que tiene Amelia Noguera de ver el mundo. No siempre coincidimos en la interpretación de lo que ocurre en la realidad y de cómo lo refleja en las novelas (y baste como ejemplo el siempre respetuoso intercambio de opiniones que mantuvimos en los comentarios de la reseña de Prométeme que serás delfín) pero me gusta mucho que se arriesgue a levantar la voz ante lo que considera injusto o indigno en nuestra sociedad, que se arriesgue a meter el dedo en la llaga, que se arriesgue a poner al lector frente a una realidad o a una forma de pensar que no es la suya y que le haga reflexionar. No que trate de convencerle, sino animarle a ver el mundo con los ojos de otras personas, desde otros puntos de vista, con otras lentes.
    En esta novela, que participa en el II concurso de escritores de Amazon, lo ha vuelto a hacer. Noguera retoma la reflexión sobre nuestro presente (el presente más actual, el más cotidiano y, por lo tanto, el que puede levantar más ampollas porque aún está sin digerir, sin ser objeto de reflexión, solo de vida) para ofrecernos una historia controvertida. Una historia en la que no hay malos ni buenos, que reflexiona sobre la heterogeneidad del ser humano, sobre las múltiples formas de ver la vida y sobre las distintas maneras de actuar y reaccionar frente a la misma situación.
     "Thriller sentimental" llama Noguera a esta novela que tiene su dosis de intriga y, efectivamente, de thriller pero que está cuajada, sobre todo, de reflexión, de análisis de la realidad, del reflejo de nuestra sociedad y de la profundización en la esencia (o las esencias) del ser humano. 
   Noguera reflexiona sobre la bondad, el altruismo, la lucha por un mundo justo entendida desde una óptica muy personal, una óptica quizá equivocada; distinta a la del común de los mortales, como mínimo. Trae hasta su novela el reflejo de los movimientos más radicales, de los puntos de vista más exacerbados para que el lector piense en sus principios y en sus formas de actuar y sea capaz de ponerse en el lugar de otro, no para juzgarle, sino para comprenderle, para entender sus razones, para conocerle. Algo que, en ocasiones, parece difícil en este mundo de individualidades en el que todos queremos o creemos tener la razón.   Uno de los elementos que más me ha gustado de la novela es el juego de relaciones que se establece entre los personajes, no solo entre los principales, que van centrando el foco del narrador en capítulos alternos, sino entre una pequeña sociedad de secundarios muy peculiares cuyas acciones van teniendo consecuencias, afectando a los demás. Noguera teje, pues, una telaraña de relaciones que muestra los hilos invisibles que todos mantenemos con todos y que muestra cómo todo lo hacemos tiene consecuencias y cómo nos afectan las decisiones y acciones de los demás.    Sobre la sociedad en declive que retrata, llena de personajes hasta cierto punto enajenados, rotos, heridos, abatidos por una situación general o un suceso personal en concreto, planea la pregunta acerca de quién está cuerdo y quién está loco. ¿Todos? ¿Ninguno? Noguera fuerza al lector a reflexionar sobre el estado mental al que nos ha llevado un contexto general de crisis que nos ha afectado (y mucho) de forma personal, que no es solo una coyuntura social sino que tiene ejemplos e historias particulares en cada uno de nosotros. Aunque no todos los vivamos del mismo modo. Aunque no todos nos hundamos en una depresión, o se despierte nuestro yo más violento, o queramos mostrar que otro mundo es posible con la fuerza de nuestra propia determinación, aun a costa de unos "daños colaterales" no esperados que, sin embargo, terminan por minar esa determinación. Y, al final, surge una de las ideas de fondo de la novela: todos somos ángeles caídos, ángeles que se caen y son expulsados del paraíso en algún momento. Lo importante, como dice Ana, uno de los personajes más bondadosos de la novela, es volver a levantarse.    Así pues, Noguera vuelve a proponernos una feroz crítica social del momento en el que vivimos con la intención de que abramos los ojos, que veamos puntos de vista muy diferentes a los nuestros, que empaticemos, que nos demos cuenta de que nuestras obras (y nuestras omisiones) tienen consecuencias para los demás. Una profunda reflexión que, como siempre, transcurre en una novela con un buen tempo, que cuenta una historia (o dos, o tres...) francamente interesante y a la que saca mucho jugo y escrita con un estilo aparentemente sencillo pero trabajado y medido. Puro estilo Amelia Noguera.   Nos seguimos leyendo.

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