Juan, un treintañero apocado y solitario, ha dedicado su vida adulta a cuidar de su madre y de su hermana, que sufre una disfunción cerebral. Casualmente, un día descubre un episodio oscuro de su vida familiar que le hará cuestionarse el amor hacia su madre y su papel de hijo sacrificado. Hastiado y enfurecido, Juan se embarcará en un viaje al otro lado del mundo para rescatar la poca decencia que aún conserva.
El descubrimiento de su primer amor y de la amistad, unido a la experiencia de empezar de cero en una cultura diferente, alejado de su mundo familiar, permitirán a Juan ver la vida desde un ángulo más generoso. Sin embargo, su vida pasada, sus miedos y sus miserias pondrán en riesgo la única oportunidad que ha tenido de ser feliz.
El ángulo de la felicidad es una novela sobre la capacidad de superar nuestro pasado y la suerte de encontrar un modo diferente de ver la vida para alcanzar la felicidad. Las páginas de este libro nos invitan a disfrutar de los matices de la cotidianidad y nos descubren el reto de vivir a pesar de la desesperanza. Su autor, Jon Echanove, reflexiona a través de esta historia acerca de la complejidad de nuestro mundo interior y el impacto que el descubrimiento de una nueva cultura puede tener en nuestra percepción de todo lo que nos rodea.
Editorial: Positive Development Sprl. (2020)
Nº de páginas: 348
Formato: Tapa blanda / Versión Kindle
Precio: 14,99 € / 3,99 €
Sobre el autor: Jon Echanove
Se trata de un libro que me ha sorprendido, hecho nada frecuente. Quizás lo haya hecho porque no lo esperaba, por el modo en que cayó en mis manos, por las circunstancias que condicionaron su cesión o préstamo, quizás porque atesora la calidad suficiente como para atraparme, quizás porque está muy bien escrito y puedo incluso que haya sido por convertir en novela una realidad, cotidiana, sin más condimentos que los que la misma vida pone a nuestro alcance.
Editado por Positive Development, cuando lo vi por primera vez pensé en temas de autoayuda, etc. No es que necesite en estos momentos auto ayudarme en exceso así que busqué argumentos estudiando la portada, curiosa y en la que todo detalle cobra sentido cuando nos aventuramos en la lectura. Edición sencilla, tapa blanda, páginas de agradable tacto y color hueso, letra grande y ningún aspaviento. Sencillez y a leer. Pero primero aceptar el encargo de leer una novela que no era la que había ido a recoger en la librería. Muy al contrario, era la que me aconsejaba Mariana, una de mis libreras de cabecera. No podía decepcionarla, y fue ella la que no me decepcionó a mí. Tampoco lo hizo Jon Echanove, un autor hasta entonces desconocido del que me gustaría leer otra obra. Los guiños que hace a Félix J Palma, autor muy de mi agrado, me hacen sospechar que son conocidos. Al final, el autor se declara discípulo y seguidor. Ya tenemos algo en común. Bienvenido a mi mundo, Jon Echanove.
La felicidad se puede observar a través de distintos prismas, desde distintos ángulos y puede o no ser reconocida. Esta es una historia, a priori, triste. Pero si leemos con interés el mensaje que encierra, vamos cambiando de opinión hasta sacar conclusiones, cada uno la suya; puede que muchos coincidamos en que la clave está en los detalles y que el perdón siempre es posible, y cuando se otorga, nos concede esa sensación de habernos quitado un gran peso de encima, un tipo de felicidad que no siempre aparece reflejado en los manuales y charlas.
Madrid y Pekín nunca habían estado tan cerca y tan lejos a un mismo tiempo. Juan, el protagonista, solitario sortero de insulso recorrido huye de sí mismo sin saberlo, y en esa huida pueden recorrerse miles de kilómetros. Lejos, muy lejos, se puede encontrar el amor, pero este tiene un precio y los errores no contribuyen a rebajarlo. El dolor parece ser la medida de todo lo que ocurre en una trama que te atrapa paulatinamente hasta que ya no sientes cómo has llegado a ese estado de ensimismamiento, y es entonces cuando te das cuenta de que está leyendo una buena historia, ficticia y real, posible al menos, en que se juega con sentimientos a pesar de que estos permanezcan custodiados en una urna impenetrable.
Si bien gran parte de la trama se desarrolla en China, conoceremos este país solo de oídas, pero empatizaremos con los escasos personajes que nos son presentados. Zhang Yan, Andrés son necesarios aun cuando juegan un papel secundario paralelamente a su empoderamiento como importantes eslabones de la cadena que constituye el hilo conductos de la historia. Y Juan deberá descubrir cuál es su camino, cruzando su épica caminata con la de quienes permanecen a su lado, queriéndolo, odiándolo, perdonándolo, necesitándolo...
Sin saberlo, acabo de recomendar la lectura de un libro que no entraba en mis planes y que, sin embargo, se encuentra apuntado en mi libreta de lecturas satisfactorias. El libro de los gustos está en blanco, pero estoy convencido que El ángulo de la felicidad sabrá aportar color a de muchos de vosotros, queridos lectores.
Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez
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