Título original: The Ring Of Salomón
Autor: Jonathan Stroud
Editorial Montena
ISBN: 978-84-8441-757-6
SINOPSIS
¿Qué hace un genio como yo convertido en un vulgar esclavo? Antes era poderosísimo... y miradme ahora: en pleno siglo X antes de Cristo y a las órdenes del cretino de Khaba. Me paso los días recolectando alcachofas (pero solo las más bonitas) o picando hielo de las montañas para que los sorbetes del rey estén bien fresquitos. Y todo porque mi amo tiene miedo de un arito de oro... Bueno, en realidad es el anillo mágico de Salomón, rey de Jerusalén. Con él puesto es capaz de invocar ejércitos enteros de espíritus malvados y amenazar a los hechiceros, reyes y guerreros para que le ofrezcan sus servicios y riquezas. Parecen todos perritos falderos...
Por suerte he conocido a Asmira, una niñita muy espabilada (¡utiliza las dagas como un demonio!) a quien la mismísima reina de Saba ha encomendado una misión secreta. Cuando me la camele, seguro que podremos conseguir muchas cosas.
OPINION DE BELÉN MÁRQUEZ
¿Hay alguien que aún no conozca a Bartimeo?
La primera vez que tuve en mis manos un libro sobre las aventuras de Bartimeo ni siquiera había imaginado crear este blog. Una vez abierto el club de lectura y con varios meses de retraso (un año para ser exactos, gracias a la ineptitud que caracteriza a Círculo de lectores y que volvió a dejarnos colgados con otra buenísima serie, como suelen hacer) propuse la lectura de la tercera entrega de la serie: La puerta de Ptolomeo, y aunque hubieron pocos comentarios —tenía muy poquita vida el blog, por entonces— ya me atreví a decir que Bartimeo era el personaje más cínico y más divertido de toda la literatura; pues bien, reafirmo de nuevo mi definición del personaje y animo, no sólo a leer este libro, que es completamente independiente al resto de la saga, sino también a leer la trilogía de “El amuleto de Samarkanda”, ya que, aunque estemos delante de una novela (o saga) juvenil, la historia (y, por supuesto, el personaje) lo merece.
Como bien he dicho antes, se trata de un volumen completamente independiente. Esto es una gran ventaja, ya que si no conoces la saga anterior, no hace falta que te la leas para no perderte en la historia. Como ya nos tiene acostumbrados, Jonathan Stroud nos narra la historia de dos maneras diferentes: por un lado, nos cuenta la situación y ambiente de los personajes que rodean toda la trama; esto lo hace en tercera persona y siempre siguiendo un patrón lógico y correcto. Por otro lado, se centra en su protagonista, en Bartimeo, donde la historia pasa a ser extravagante y divertidísima siempre narrada en primera persona y bajo el particular punto de vista de su descarado protagonista.
Bartimeo es un genio bastante poderoso que tiene siempre la mala suerte de caer esclavo del amo inapropiado; al menos, eso es lo que él piensa, porque siempre, en cada historia, acaba enterneciéndose y cogiéndole cariño a su «amo».
El mundo que rodea las historias de Jonathan Stroud es francamente original. Aquí no hay magos que conocen conjuros poderosos sino hechiceros (o brujos) con mayor o menor poder para invocar a criaturas que son las que, en realidad, realizan las acciones «mágicas»: diablillos, trasgos, genios, efrits, marids… todos ellos se mezclan en estas «luchas de poder» por complacer a sus amos que han de tener la suficiente fuerza para someterlos, dominarlos y no cometer ni un solo error que puedan aprovechar sus «fieles esclavos» para escapar del hechizo que los tiene atrapados y devorar a sus amos sin ningún tipo de conmiseración por su parte.
Pero, ¿de qué va la historia?
Estamos en la época del gran Salomón y Bartimeo «trabaja» para uno de los hechiceros de el gran rey. Una de las preguntas que más intriga a nuestro protagonista es para qué necesita el gran Salomón rodearse de tantísimos brujos que realizan los innumerables trabajos que les encomienda Salomón, si éste, podría satisfacer todos sus deseos con hacer girar el anillo que lleva siempre ceñido a su dedo y que posee un poder inmenso, ya que su interior alberga el espíritu del ente más poderoso que existe en cualquiera de los planos de este mundo.
Muchos pueblos están sometidos al poder del gran Salomón, pero todavía hay alguno que se le escapa, como el reino de Saba, cuya reina rechaza en varias ocasiones la propuesta de matrimonio de Salomón. En la última visita de uno de sus mensajeros, esta propuesta se convierte en amenaza: si no accede a su proposición, Saba será arrasada. Pero la reina no se amedrenta y envía a una de sus fieles protectoras para que cumpla una misión: viajar hasta Jerusalén y terminar con la vida del gran Salomón y, con ello, la amenaza que se cierne sobre Saba.
Es aquí cuando Asmira entra en escena. Se trata de un personaje joven que siempre ha vivido bajo el amparo de la reina de Saba. Su madre ya era guardiana de la reina y ella ha sido criada y educada para ello. Así que Asmira viaja hasta Jerusalén para cumplir la misión encomendada y, durante este viaje, conocerá a Bartimeo y lo «rescatará» de una muerte segura (aunque rescatar y esclavizar sea en estos momentos una misma palabra, claro). A partir de este momento Bartimeo deberá obedecer a su nueva ama y conseguir llegar hasta Salomón y quitarle el anillo (casi nada) para que Asmira pueda terminar con la vida del rey. ¿Lo conseguirán?
Una historia divertida y trepidante que no podrás abandonar una vez la hayas comenzado. Recomendada para todo tipo de público. Si te falta algún regalo para estas navidades… ¡¡ya sabes!!
Y, por cierto… no os saltéis los apuntes a pie de página de Bartimeo.