El anillo irlandés de Claddagh

Origen del anillo de Claddagh

Hace más de 300 años, en la antigua aldea pesquera de Claddagh, situada en la costa oeste de Irlanda, se fabricó por primera vez un anillo para simbolizar una leyenda de amor digna de los mejores cuentos de ficción.

La historia cuenta que Richard Joyce, un joven joyero, emigró a las Indias Orientales con la intención de conseguir un nuevo trabajo y poder casarse con su novia. En el camino fue capturado y convertido en esclavo del Rey Guillermo III para el que ejerció el arte de la joyería. Durante este tiempo, el joven no perdió la esperanza de volver a encontrarse con su novia y en su memoria diseñó el primer anillo de Claddagh: dos manos que rodean un corazón simbolizando amor y amistad eternos.

Nunca se supo si Richard logró o no casarse con su prometida, pero su historia de amor recorrió las ciudades irlandesas al punto que el anillo se convirtió en un símbolo celta para el compromiso. Muchos lo utilizan como anillo nupcial y otros, incluso, lo regalan como símbolo de amistad.

Dónde comprar un anillo de Claddagh

La versión más tradicional del anillo puede encontrarse en ferias y comercios de artículos artesanales en Dublín. Algunas joyerías irlandesas, con la intención de mejorar la calidad y el acabado del producto, comenzaron a fabricarlo en  esterlina de peso pesado, material que permite crear detalles más nítidos.

En Galway, donde se encuentra el pueblo pesquero de Claddagh, se encuentra la joyería Thomas Dillon que es una de las casas más antiguas de Irlanda. Esta tienda, que abrió sus puertas por primera vez en el año 1750, ofrece la versión más “original” y legendaria del anillo cuyo precio ronda los 639 euros. La imagen de la fachada de la tienda pertenece a ‪www.geograph.ie.

En algunos sitios de Irlanda incluso puede encontrarse la versión del anillo sin la corona, ya que para muchos simboliza la fidelidad a la realeza británica. Este tipo de anillo fue apodado “Feniano” y nunca alcanzó la popularidad del original.

La imagen que ilustra la portada de la nota pertenece a Alejandra Quiroz.