Séptimo clasificado en la legendaria carrera convocada por el Emperador de Jade, fue superado por la astuta y tramposa rata (1ª) que hizo la parte más difícil del camino, el paso de un gran río, a lomos de el pacífico Buey (2º) y por el tigre (3º) que sufrió la contrariedad de tener que luchar con las caprichosas corrientes fluviales. El conejo (4º) atravesó la corriente saltando hasta un tronco arrastrado por el agua y tuvo que entretenerse un buen rato. El dragón (5º) podría haber llegado primero pues hizo el camino volando, pero se entretuvo ayudando a personas en apuros y al mismo conejo al que salvó de su árbol a la deriva. El caballo (7º) llegaba al galope, pero próximo a la meta la meta, la serpiente (6ª) lo asustó haciéndolo caer y ella llegó antes. La cabra (8º), el mono (9º) y el gallo (10º) cooperaron para pasar el río y, aunque llegaron juntos, el emperador les concedió ese orden. El perro (11º) podría haber estado entre los primeros pero se entretuvo dándose un baño y, finalmente, el cerdo (12º) se rezagó por darse un atracón y echarse la siesta: llegó el último,justo en el momento en que el emperador dio por finalizada la carrera. El gato, que también participaba, fue engañado y empujado al río por la rata y llegó con la carrera finalizada. Desde entonces la guarda odio eterno.
Repaso las características de este signo, tan asociadas a las propias cualidades de su animal totémico, y encuentro entre otras: fuerza, energía, empuje, acción, extroversión, sorpresa, acción, optimismo, aventura, romance, sociabilidad, nobleza, terquedad, orgullo, independencia, lealtad... Se supone que los nacidos bajo su signo son buenos comunicadores, amables e independientes, pero también demasiado habladores a veces y muy impacientes.
Un bello poema nos lo expresa así:
Soy el caleidoscopio de la mente.Imparto, luz, color y movimiento perpetuo.Pienso, veo y me muevo con eléctrica fluidez.Constante únicamente en mi inconstanciaNo me traban las mundanas atadurasNi me ponen límite estrechos objetivos.Sin freno corro por senderos vírgenes.Indómito mi espíritu,Mi alma por siempre en libertad.Soy el caballo.
Y una hermosa leyenda beduina nos describe así su origen:
"Tras la creación del mundo, Dios recorría el mundo admirando su obra cuando escuchó el llanto de un beduino quejándose de que, entre la multitud de regalos que dio a todas las personas en el mundo, a él sólo le había dado arenas. Entonces Dios prometió compensarle y tomando con la mano derecha al viento del sur que pasaba, dijo:¡Plásmate, viento del sur! Voy a hacer de ti una nueva criatura. Serás mi regalo y el símbolo de amor a mi pueblo. Para que seas único y que nunca te confundan con las bestias, tendrás: La mirada del águila, el coraje del león y la velocidad de la pantera. Del elefante te doy la memoria, del tigre la fuerza, de la gacela la elegancia. Tus cascos tendrán la dureza del sílice y tu pelo la suavidad del plumaje de la paloma. Saltarás más que el gamo, y tendrás del lobo el faro. Serán tuyos los ojos del leopardo por la noche,
y te orientarás como el halcón, que siempre vuelve a su origen. Serás incansable como el camello, y tendrás del perro el amor a su dueño. Y finalmente, caballo, como un regalo mío al hacerte caballo y hacerte árabe, te doy para que seas único: la belleza de la Reina y la majestad del Rey.
Dios le dijo al Viento del Sur:- Conviértete en sólida carne porque quiero hacer de ti una nueva criatura, para que me honre y humille a mis enemigos y para que sirva a aquellos que estén bajo mi potestad". Y el viento del Sur respondió:- Hágase según tu voluntad tu deseo. Entonces Dios tomó un puñado de viento y sopló creando el caballo."
Es el caballo un animal fascinante para mí y, sin embargo, apenas he tratado con esta especie. Fue compañero de trabajo y de viaje de mi madre cuando joven le encantaba montar su yegua por los caminos de Ayuela, fue mi montura una única vez en la vida por las praderas de Valsaín y poco más... tan sólo tímidos acercamientos hasta ellos para acariciarles el lomo o un rato de compañía a una hermosa yegua en la casa de un antiguo alumno que esperaba que naciera su potrillo para establecer una relación de apego de por vida (por cierto el pequeño potro nació a las pocas semanas y se llama Acebuche). Pero quiero rendir homenaje a todos los caballos que poblaron mis lecturas y mi imaginación. Saludo a los históricos Bucéfalo, Babieca, Rocinante, Marengo, Genitor, Palomo, Othar, Janto y Balio, Strategos, Hengroen, ... a los míticos de Troya, Pegaso, Abdjar, Centauro... a los fímicos Aldebarán, Antares, Rigel y Altair en Ben Hur ; a Tornado el del Zorro, a Silver en el Llanero Solitario...
Compañero de los hombres desde el paleolítico, lo vemos plasmado en las paredes rocosas de las cuevas, aún no domesticado. Pero pronto, sería uno de los animales más apreciado por la humanidad y contribuyó en todas sus empresas: como animal de carga, de transporte, de compañía, de guerra... He pasado muy buenos ratos leyendo las aventuras de Ayla de los Zelandonni (protagonista del Clan del Oso Cavernario) domesticando su potrillo.
Protagonista de todas las guerras desde entonces, actor principalísimo en la Conquista del Oeste, compañero inseparable de los héroes del western que lo apreciaban más que a una mujer; el vínculo del caballo con los hombres llega a hacerse casi carnal. Te saludo, hermano. Llegó el año de tu signo. Comienza la galopada del tiempo que te pertenece.