El año nuevo

Por Hogaradas
No ha sido un buen comienzo de aсo, no, todo hay que decirlo.
Poco antes de las uvas, una noticia que deberнa haber servido para ser un motivo de mбs de celebraciуn y, como suele decirse, entrar en el nuevo aсo con el pie derecho, casi consigue ensombrecer la fiesta. No fue asн, y la compaснa de unos buenos amigos, sus risas, sus buenos propуsitos, sus ganas infinitas de que todo cambie y para mejor, fueron motivo suficiente para salir del aсo pasado por la puerta grande.
Los cambios siempre se reciben con un cierto temor, y el mнo, por supuesto, no iba a ser menos.
A la algarabнa nocturna le siguiу esa incertidumbre que hacer que sientas mariposas en el estуmago, pero no precisamente provocadas por el amor, sino por la desazуn, la inquietud y, como siempre, por adelantarse a los acontecimientos e intentar atisbar ese futuro que por incierto es imposible siquiera imaginar.
La calma, tras unos dнas de cierto desasosiego, ha vuelto por fin, el sol brilla de nuevo y tras otro pequeсo tropezуn en este nuevo camino que reconozco no estб siendo precisamente fбcil, todo vuelve a su normalidad, o al menos intento que asн sea. Procuro que los proyectos se antepongan a los sinsabores, las ganas a la incertidumbre y que la sonrisa vuelva a ser otra vez la gran protagonista de nuestras vidas.
No es tarea fбcil, pero solamente es cuestiуn de intentarlo y de pensar que es йsta y no otra, la actitud correcta.
Asн que esta maсana me he levantado cargada de energнa, levantando un enorme muro de ignorancia ante todo o todos quienes vengan dispuestos a poner mi pequeсo territorio patas arriba, y entre unos y otros quehaceres me ha venido a la cabeza aquel dнa, aquella noche hace ya muchos aсos en los que esperaba impaciente la hora de irme a la cama e impaciente tambiйn la maсana siguiente, esa en la que recorrerнa la casa de punta a punta para encontrar todo sus regalos.
Aquella noche me puse encima de la silla carbonera y mi padre me llevу a hombros hasta la cama. Y eso es lo que me ha dado la fuerza. Mi padre y yo, un aсo mбs, a pesar de que el comienzo de estas Navidades las cosas se habнan puesto un poquito del revйs. Porque йl y ninguna otra cosa es lo verdaderamente importante, porque volveremos a recibir la visita de los Reyes Magos juntos, como entonces, como cuando era una niсa.
Siempre, si nos lo proponemos, podemos sacar de todo esa parte positiva, que la tiene. Mi pequeсa dosis de vitamina contra el desбnimo es hoy йl, y maсana con su compaснa, la dosis serб todavнa aun mбs grande. Y no habrб nada ni nadie que me haga pensar en otra cosa, ni vientos ni tempestades que sean capaces de convencerme de lo contrario, de que las cosas mбs pequeсas de la vida, son las verdaderamente importantes.
Dicen que lo importante no es el comienzo, sino cуmo terminan las historias. Hoy, como veis, no puede tener un final mбs feliz.