Revista Mundo animal

El ánsar común, emblema de la Doñana invernal

Por Alvalufer

No hablo hoy de una especie cualquiera,esta  tiene muchos seguidores, incluso se organizan excursiones  para dar la ” bienvenida a los ánsares” cada año, además de tener una duna concreta con su nombre( uno de los enclaves dentro del espacio natural que más ha trascendido al conocimiento popular de la zona). Personalmente el ánsar común no ha significado demasiado para mí si lo comparamos con otras especies como el calamón, el buho campestre o el águila pescadora, casos estos en los que por alguna anécdota vivida o algún momento de mi niñez si que suelen aparecer más en mis pensamientos e ilusiones. Ánsares salvajes he visto desde chico, sin ir más lejos en la marisma del Rocío, a escasos metros de la ermita, entre caballos y vacas marismeñas. Cada año, puntuales, vuelven a bajar a estos parajes sureños a pasar el invierno lejos de las inclemencias del norte de Europa, y cada año, puntual yo también, disfruto de su sonora presencia y sus característicos vuelos en mis paseos por Doñana. No viajan solos, ya que otras especies  comparten este modo de vida y les acompañan a pasar el invierno en nuestros parajes, maltratados pero aptos, en los que encuentran alimento y paz. Pronto se irán con la seguridad de volver al año próximo, esperemos que en las mismas cantidades, pero nos habrán deleitado por unos breves meses en gran abundancia.

El ánsar común, emblema de la Doñana invernal

El ánsar común( Anser anser), más conocido como ganso o ganso silvestre, es la anátida de mayor tamaño de las que suele visitarnos. Sus poblaciones alcanzan grandes números, contándose en años muy buenos hasta 80 mil ejemplares que inundan absolutamente la marisma allá por donde vayas. Es un caso de especie popular y emblemática no por estar en peligro de extinción o ser de difícil observación, sino por el espectáculo de sus grandes bandadas.

Doñana es su cuartel de invernada, y no uno cualquiera, es el más importante de Europa, al igual que lo es para otras muchas aves difíciles de ver; Doñana, no lo olvidemos nunca, no es simplemente una, es una nueva casi cada día en cada rincón de su extensión, por lo que a lo largo del año se erige como la más importante área vital para muchas especies de muy diversa índole. Algunas han atravesado Europa y sabemos que vienen de lugares tan remotos como Noruega o Dinamarca.

El famoso Cerro de los Ánsares recibe su nombre por la enorme cantidad  de ejemplares que cada mañana acuden a las arenas de esta duna a ingerir granos de arena. Usan la arena, acumulándola en la molleja, para poder triturar el rizoma de la castañuela( una planta de la marisma), su alimento predilecto y auténtica base de su dieta marismeña. Ahí tenéis el misterio de su afluencia al lugar.

El ánsar común, emblema de la Doñana invernal

En cuanto a los peligros mayores se encuentra la ingesta de perdigones de plomo que quedan mezclados con la arena tras la caza, caza que por cierto está permitida en ciertas partes( incluso es un plato bien valorado en la cocina de los pueblos adyacentes).

De nuevo toca valorar la importancia de Doñana en varios aspectos, como zona de alimentación e invernada de numerosas especies, y no ya de las especies, sino de gran número de ejemplares de las mismas. Y no sólo se trata ya de especies raras, es importante conservar las poblaciones de especies comunes, ya que aunque haya muchos ejemplares hoy en día, de no cuidar debidamente sus efectivos el día de mañana pasarán a ser especies en peligro como muchas que hoy lo son y ayer eran abundantes. No conviene menospreciar a las especies comunes de cualquier tipo, ya sean hierbas, insectos, algas, ranas, aves o lo que sea. También debe hacerse seguimiento de éstas porque una mala dinámica puede llevarlas a una situación bien distinta.

Poco más que añadir por ahora, que pronto me despediré hasta otro año de mi etapa favorita de doñana, la que abarca desde noviembre hasta ahora, con sus grullas, cigüeñas negras, buhos campestres, ánsares, avefrías y otras lindezas pasajeras a las que me tocará esperar con ilusión hasta dentro de unos meses. Tampoco me quejo, porque la zona norte de Doñana  parece que este año si que va a regalarnos una masiva cría de aves acuáticas en zonas emblemáticas como Cerrado Garrido, y allí acudiremos los apasionados de la naturaleza a disfrutar los regalos que ésta nos da, y más si cabe esta temporada tras la mala etapa de lluvias de la temporada de cría pasada.


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