El anuncio de la Lotería de Navidad es amoral

Sí, el anuncio de la Lotería de Navidad 2016 de Loterías y Apuestas del Estado es amoral. Lo digo después de haberlo visto mientras lloraba durante 4 de sus 5 minutos. Totalmente amoral, una indecente metáfora que representa la vida de millones de españoles hoy día.

Acabo de ver el anuncio de la Lotería de Navidad en mi casa, en Londres, en la misma casa que pasaré esta Navidad lejos del país que, se supone, habría de garantizarme los derechos básicos -como el derecho al empleo-, máxime al pertenecer a la "generación más preparada de la Historia". Acabo de ver el anuncio de una Sociedad Mercantil Estatal, es decir, de una empresa pública, que a través de su mensaje hace añicos el sueño de millones de españoles: ganar el Gordo para salir adelante. Porque en España la gente ya no sueña con hacerse rica, sueña con salir adelante. Porque fuera de España hay dos millones de españoles que sueñan con salir adelante. Porque las abuelas, como la del anuncio, sueñan con poder hacer algo para sacar a su familia adelante (qué duro se hace vivir de una pensión).

Es infame que una empresa que pertenece al Estado, un Estado que hoy está en manos de presuntos corruptos (siempre presuntos!), utilice su publicidad para mercantilizar la supervivencia y ponerla el precio del azar. Tu futuro depende de la suerte que tengas el 22 de diciembre.

Carmina, la mujer del anuncio, reacciona como reaccionaría cualquier madre de un hijo parado, de un hijo emigrado, de un hijo dependiente a la espera de una ayuda prometida, de un hijo desahuciado, de un hijo que no puede independizarse a causa de un trabajo precario... Como reaccionaría cualquier madre de cualquiera de los millones de hijos que son víctimas de un Estado fraudulento. El mismo Estado que ampara a los gürtel, púnicas y ERE's mientras deja que los hijos de las madres seas parados, emigrados, dependientes, desahuciados, precarios... El mismo Estado que a través de sus anuncios lacrimosos y emotivos nos recuerda que ganar el Gordo no es más que un espejismo.

Pobre Carmina, pensó que podría ayudar a su hijo a pagar la hipoteca, o a su nieta con la matrícula de la universidad, o a ese cuñado que lleva cuatro años en paro, o simplemente que iría más desahogada con el pago de medicamentos. Pero no. El anuncio de la Lotería nos recuerda que aunque por un momento nos lo hayamos creído, aunque estemos seguros porque lo hemos visto por la tele, la realidad es no tenemos el boleto correcto. Qué metáfora tan sinvergüenza.