Esta es la segunda novela que he leído de Connie Willis, la primera fue Tránsito, y como era de esperar, no decepciona.
La trama se centra en el 2060, en ese año ya se ha descubierto como viajar al pasado y dicha tecnología es usada por los historiadores para poder entender y comprender mejor la historia de la humanidad. En esta ocasión los protagonistas, tres historiadores, viajan a la época de la segunda guerra mundial, en concreto lo hacen a Inglaterra, cada uno de ellos tiene misiones distintas para observar y aprender sobre distintos hechos acaecidos durante el Blitz.
Todo parece ir según lo previsto pero pronto las situaciones empiezan a complicarse. Ninguno de ellos puede regresar al presente puesto que los portales que utilizan para viajar en el tiempo parecen no funciona. A partir de ahí empieza una carrera contra reloj, donde los distintos protagonistas, intentan encontrarse unos con otros para tratar de escapar de una época en la que parecen haber quedado atrapados.
La intensidad de la trama va subiendo poco a poco, lo que hace que según avances en la novela cada vez tengas más ganas de averiguar que es lo que va a pasar. Una novela entretenida que se lee del tirón, el inconveniente, por ponerle alguno, es que hay que esperar a la publicación de la segunda parte para ver como acaba todo.