Pudiera parecer un hábito de tiempos más oscuros para la mayoría de los occidentales, pero hay lugares en el mundo donde sigue siendo una ofensa capital vender tierras a los judíos.
Uno de esos lugares es la propia patria bíblica de los judíos en Judea y Samaria, la mayoría de la cual está actualmente controlada por la Autoridad Palestina.
El sábado, un hombre árabe palestino con residencia en Israel fue asesinado a tiros en su ciudad natal, Jaljulia, despúes de que se informara que había vendido bienes personales en la llamada “Cisjordania” a judíos israelíes.
Ahmed Salama fue declarado muerto en el hospital Meir, en las cercanías de Kfar Saba, tras un tiroteo. Los medios de comunicación palestinos informaron su “crimen” de manera casual, aunque Salama había negado anteriormente las acusaciones de que había realizado transacciones de tierras con judíos.
Un estadounidense-palestino llamado Issam Akel permanece bajo la custodia de la Autoridad Palestina por vender propiedades en el lado este de Jerusalén a los judíos.
Otra palestina-estadounidense, Suha Jbara, de 31 años, ocupó los titulares en Israel durante el fin de semana después de comparecer ante el tribunal en Jericó y acusar a la Autoridad Palestina de torturarla.
Jbara permanece encarcelada por crímenes no especificados. Sus revelaciones han puesto de relieve los recientes informes de que la Autoridad Palestina y el régimen de Hamas en Gaza recurren rutinariamente al abuso psicológico y físico de los prisioneros árabes palestinos.
Fuente del texto y artículo original: Israel Today
FOTO: Ilustración. Hombres armados palestinos apuntan a su objetivo. (Nati Shohat / Flash90)
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