Revista Cultura y Ocio

El Apartheid: una historia sobre la infamia humana

Por Joaquintoledo

Una de las primeras leyes prohibía los matrimonios mixtos la cual fue promulgada en 1949. De llevarse a cabo, se atentaba contra la moral, es por ello que el gobierno saca a la luz al año siguiente la Ley de la inmoralidad la cual básicamente prohibía la fornicación entre ambas razas, considera además de ilegal o amoral, un crimen. Y no sólo con los negros, sino con cualquier otra raza que no sea la blanca. Pero el apartheid, como su nombre lo dice, implicaba separar a los blancos y los negros así como a otras minorías étnicas, de todo espacio. Es por ello que en 1950 surge la Ley de Registro de Población en la que se crearon lugares especiales para blancos, desde calles y bulevares, hasta mercados y baños. Por su puesto, los más lujosos y mayoritarios estaban dedicados a los de ascendencia europea. También se incluyeron en la lista de discriminación a los asiáticos los cuales no eran ni siquiera tenidos en cuenta porque se alegaba “históricamente” no pertenecían a dichas tierras africanas. La pregunta es: ¿y los blancos sí?

Las cosas fueron en aumento hasta que el apartheid se tornó en algo infame. Por ejemplo en 1950 se promulgó la Ley de Áreas de Grupo, en la cual cada grupo racial, negro, blanco, asiático o mestizo debía ser reubicado, a pesar de si eso trasgredía sus propiedades. O sea, en simple español, se les obligó a una mudanza forzosa. Pero el apartheid aún no había alcanzado su máxima plenitud. En efecto, durante el año 1951 se emite la Ley de Prevención de Ocupación Ilegal, la cual desalojaba a las personas negras para enviarlas a campamentos especiales. La siguiente fue la Ley de Autoridad Bantú que básicamente se complementaba con la anterior pues creaba una serie de organizaciones de tribus en la cual los negros puedan reacomodarse. Se promulgaron muchas otras más pero debemos destacar sobre todo la Ley de Educación de 1953. Esta creó un sistema nuevo, de educación por supuesto, en el cual se tenga en cuenta a los no blancos. Obviamente sólo preparaba a los niños para que desde la primera infancia se les instruya en su inferioridad con respecto a los blancos.

La Ley de Servicios Públicos separados, emitida el mismo año, finalmente terminó por instituir lo más arriba señalado en lo cual diversos lugares, desde playas hasta calles fueron señaladas con letreros para determinar donde debían y no debían literalmente, “pisar” las personas de raza negra. Pero como hubo muchas quejas, para ello se creó la Ley de Nativos de 1956, en la cual se negó a la población negra ejercer acciones legales en caso de discriminación o mudanzas forzadas en diversas áreas del país. Luego vino la “Ley de Promoción de Autogobierno Bantú”, tal vez una de las más destacadas. La misma terminó por empeorar las cosas, pues ahora creó nuevos estados para los negros independientes llamados bantustanes. Se crearon un total de diez estados autónomos que constituían el 80 % de la población. Se les privó de la ciudadanía sudafricana (ratificada por la Ley de ciudadanía de las Patrias Bantú de 1970) y en el caso de que por fuerza mayor tuviesen que atravesar los territorios de los blancos se les daba algo así como un pasaporte y su estancia era temporal, raras veces concedida. Esto se llevó a cabo entre 1960 a 1980, dos décadas en las cuales negros, mulatos, mestizos y otras minorías étnicas, que sumaron más de 3 millones de personas, padecieron cruelmente esta deportación. Era lo más parecido a un gueto creado por nazis de ascendencia anglosajona.

Hacia el fin

Fueron creadas muchas otras leyes que no detallaremos aquí, pues creemos se ha hecho mención a las más esenciales y puntuales para demostrar lo inhumano que era el Apartheid y los que defendían esta política. Desde luego, existieron algunos que se resistieron. Esto generó el surgimiento del Congreso Nacional Africano (o ANC, por sus siglas en inglés). Obviamente su mayor objetivo era crear un estado sin discriminación alguna. Las protestas y enfrentamientos comenzaron con serias represiones que dejaron víctimas a lo largo de los años. Era ya por entonces la década de los sesenta, la ONU no intervenía y sucesos similares acaecían en Estados Unidos por las mismas causas de segregación racial, donde allí tenían a Luther King, y en efecto, en Sudáfrica surgió pronto un líder, que no se autoproclamó como tal, pero que con el tiempo su nombre haría historia: Nelson Mandela.

Este último en un juicio llevado a cabo a mediados de 1964 fue condenado a cadena perpetua. Ante tal atropello, finalmente la ONU interviene y marcó el inicio del fin para el Apartheid, aunque faltarán aún casi tres décadas para que se le socave por completo. Obviamente las medidas discriminatorias se intensificaron pues la población blanca racista reaccionó y se defendió ante la opinión internacional.

Vinieron algunos sucesos penosos como los de Soweto donde hasta murieron niños en edad escolar a causa de sus protestas y la severa represión policial. Hacia los ochenta, algunos blancos se opusieron absolutamente al apartheid, si bien eran una mayoría. Su líder era Helen Suzman, quien al igual que Mandela, quien veía con esperanza el día en que su patria tanto negros como blancos, convivan en armonía. Luego vino la etapa independiente en 1961 cuando se abandonó la Commonwealth británica.

Pero fue el inicio de las guerras con los países vecinos, el controversial apoyo temporal de Estados Unidos porque Sudáfrica era declarada anti-comunista, la creación de su primera bomba nuclear, detonada en 1979, las sanciones económicas, el descrédito internacional de la mayoría de países del mundo, y finalmente el aislamiento. Para la llegada de los noventa, Sudáfrica seguía siendo el país gobernado por una minoría blanca en todo aquel continente. Definitivamente algo totalmente anacrónico e inhumano.

Pero todo tiene un final. En el año 1990, el presidente De Kler anunció que se daría inicio a la eliminación de leyes discriminatorias y que además los partidos políticos proscritos, no lo serían más. Obviamente, esto señalaba que Sudáfrica buscaría rápida y radicalmente un nuevo rumbo. Se incluyó en la lista al Congreso Nacional Africano. Nelson Mandela fue liberado de prisión en 1990 junto con otros líderes pro-abolicionistas del Apartheid y este, además de De Kler, recibirían el Premio Nobel de la Paz en 1993.

En los siguientes meses, hasta 1991, se fueron desarticulando todas las leyes del apartheid. En los años venideros se fue avanzando en la idea de crear una nueva Constitución. En 1992 fue la última vez en la que sólo la población blanca votó. El 27 de abril 1994 se llevaron a cabo las elecciones universales, las primeras en el país, y el Apartheid, una vergonzosa creación humana como alguna vez lo fue el Nazismo y la Inquisición, pasó en los próximos meses a su decadencia y finalmente a la historia. El 27 de abril es considerado un día festivo en Sudáfrica reconocido como de “liberación”. Pero, ¿cuándo el racismo y la discriminación acabarán por completo en el mundo?, ¿le faltará mucho a la humanidad para eso aún?


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