Revista Cultura y Ocio
El apeadero del muertoPablo R. NoguerasISBN: 978-84-08-12457-3Formato: Digital– 260 Pág.Editorial: Click Ediciones
En San Lucas del Arenal, un tranquilo pueblecito de veraneo, desaparecen sin dejar rastro y en solo una semana tres turistas. Poco después también desaparece misteriosamente la esposa de Pedro Navarro, un anciano ya jubilado y fantasioso, cuando regresan a su casa en tren desde San Lucas después de pasar los tres últimos meses en esta localidad visitando a su hija que trabaja en un importante centro de investigación biológica marina, el CIBMA.Al regresar a su vagón tras un café para despejarse Pedro se da cuenta de que su mujer ha desaparecido. ¿Qué ha pasado?
Hay semanas en las que me da el ramalazo y me ventilo 3 o 4 novelas negras de un plumazo. Si son cortas, mejor que mejor: sentarme tranquilamente y engancharme a un misterio, ver como avanzo rápidamente hasta el desenlace y cerrarlo casi en el mismo día. Cuando hago eso me siento realizada, y me sube el ánimo. ¡Qué le voy a hacer! Soy adicta a las historias de misterio...
Así que un día le di salida a este libro, me senté con el iPad (porque está solo en formato electrónico) y empecé el prólogo que nos narra la desaparición de una adolescente británica en un pueblo costero para luego saltar al primer capítulo donde ya conocemos a los protagonistas de la historia.
Se trata de Pedro y Rosa, un matrimonio mayor, recientemente jubilado. Él es el típico “viejo gruñon” que se queja por todo y demás tiene una imaginación desbordante: solo con leer el periódico ya ve conspiraciones y mafias por todas partes. Evidentemente es adicto a las novelas de crímenes, porque ¿Qué va a hacer sino leer teniendo todo el tiempo del mundo por delante? Su mujer es más tranquila, elegante y fumadora empedernida, a la que le gusta hacer de rabia a Pedro y por ello terminan siempre discutiendo, aunque con cariño.
Excepto el principio y el final, todo transcurre en un viaje de tren desde la localidad ficticia de San Lucas del Arenal, un pueblo costero posiblemente de la zona levantina (por el ambiente, la cantidad de turistas extranjeros y el veraneo), hasta Madrid. Esto convierte la historia más o menos en un Closed-room moderno (habitación cerrada, para los no iniciados en el tema) donde una persona desaparece en un tren sin que haya podido salir ni entrar nadie.
Resulta curiosa la elección de personajes, colocando como protagonista a un jubilado conspiranóico. Al principio casi parece que la narración es medio en broma, aunque según avanza la historia nos damos cuenta de que todo va en serio y las cosas se van poniendo cada vez más tensas.
Si al principio pudo hacerse un poco lento (en el sentido de “a donde querrá llegar con todo esto), es precisamente en ese punto donde el ritmo de lectura aumenta, propiciado por esa personalidad desconfiada y quejona del protagonista. De esta manera, nos ha hecho sospechar de todos y de todo, haciendo que nos montemos las teorías más descabelladas en nuestra cabeza.
Aunque nada que ver con el final que nos vamos a encontrar. Todo resulta muy coherente y seguro que creímos haber acertado en algunas cosas. Las identidades de los compañeros de viaje se hacen más claras… hasta las últimas 20 páginas, donde todo gira y te quedas con la boca abierta. Puede que algo me haya olido en algún momento, pero sin duda nada parecido a lo que es de verdad. Sabéis que a mi sorprenderme es difícil, pero la verdad es que ha sido algo que no me esperaba.
El estilo de la novela es muy ligero y sin trabas, si exceptuamos la parte inicial más introductoria en la que quizá encontremos conversaciones que suenan algo forzadas y pequeñas reiteraciones de palabras. Sin embargo, la abundancia de diálogos hace que las páginas virtuales pasen volando y lo terminemos en unas horas, con buen sabor de boca.
En resumen, una vuelta de tuerca al clásico de la habitación cerrada con unos personajes diferentes y un desenlace muy curioso, con el que pasar un buen rato. Si Pablo R. Nogueras se decide a escribir alguna otra novela del género, sin duda la leeré porque he visto gran potencial en la construcción de la trama.