Revista Educación

El apego: nuestro ancla afectiva

Por Gadirroja

Muchas veces hablando del tema hemos dicho que los niños están predispuestos para la interacción social, es un mecanismo de supervivencia. El que un bebé reaccione a las voces, rostros, sonidos humanos le asegura por un lado, encontrar “su lugar en la especie”, su ancla para empezar a aprender del mundo desconocido que le rodea; pero por otro lado también le asegura que va a despertar una respuesta en los demás, generalmente positiva, relacionada con el afecto, los cuidados, etc.. Esto es el APEGO, que crea el primer vínculo entre el bebé y sus cuidadores.Pero esta muestra primera de la capacidad de sentir EMOCIONES vive un auténtico desarrollo ya en la primera infancia. ¿Habéis notado que un bebé de 3 meses NO TEME A LOS EXTRAÑOS y uno de 8 SÍ? Aunque el bebé desde que nace reconoce a sus progenitores y muestra mayor número de reacciones afectivas ante ellos (especial y lógicamente, hacia su mami) no es hasta más tarde cuando empieza a asustarse si ve desaparecer a su madre o si un extraño se dirige a él (como siempre, con restricciones individuales).En general, el desarrollo de este primer ESTADIO en el mundo emocional humano sucede así:El APEGO: nuestro ANCLA afectiva(Ampliad para leer)Como ya hemos incidido, es una orientación general. Sin embargo, sin que sea coercitiva sí que es necesaria. Si el bebé no elabora el apego con sus cuidadores (lo cual no implica en absoluto que tenga que ser exclusivamente con sus progenitores), no tiene ese "anclaje" a partir del cual construir habilidades sociales y emotivas como son la empatía, el autoconocimiento o la autoestima ajustada.Mañana veremos, en este sentido, como se forma la autoestima en la infancia. A menudo muchos de nuestros complejos viene arrastrados de vivencias en esa época en que "estamos tan tiernos" jajaja por lo que es útil conocerlo, para conocernos mejor también.¡Besos!


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