Así lo hicieron los jóvenes. Sin embargo fueron asaltados y perdieron todos los víveres. Al llegar desolados al monasterio, el maestro hizo pasar al primer monje a su aposento y le interrogó:
-Dime, ¿qué has aprendido de lo que os ha ocurrido?He aprendido, maestro, que no debo confiar en desconocidos -dijo el joven monje. A continuación hizo pasar el segundo monje y le hizo la misma pregunta:-Dime, ¿qué has aprendido de lo que os ha ocurrido?-He aprendido a esperar lo inesperado.A la mañana siguiente el primer monje salió del monasterio para no volver. El segundo se quedó: había realizado el aprendizaje correcto.
