Treviso –que cuenta con aeropuerto- es un buen lugar como trampolín para visitar Venecia y Padua. Además Treviso tiene valor en sí mismo: canales, murallas, patrimonio arquitectónico del trecento… y los frescos de Tommaso da Modena (1325-1379)
Durante muchos siglos la mecánica fue parte de la matemática. Los matemáticos reales eran más ingenieros que lo que hoy entendemos de forma reduccionista como matemáticas.
El río Sile atraviesa Treviso totalmente domesticado y canalizado en múltiples ramales. Hubo un tiempo que se superaban los 70 molinos hidráulicos. El aprovechamiento se ha reducido a una camuflada central eléctrica próxima a la estación de autobuses.
Las huellas de la riqueza se puede ver todavía recorriendo el Cagnat Grande que disecciona la ciudad pasando por debajo de los arcos molineros y viviendas. Hasta cuatro ruedas hidráulicas verticales se conservan; dos de ellas giran en vacío recordándonos sus pesados trabajos de antaño.
Las compuertas que controlan flujos y dirección del agua muestran también las huellas de ese patrimonio industrial de cuando la Sereníssima Venecia fue el centro mercantil del mundo.
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