Buenas Tardes,
Primero y antes de nada quiero pediros disculpas por este par de semanas de ausencia. A veces los asuntos de la vida nos quitan más tiempo del que nos gustaría. Pero lo importante es que vuelvo a estar de nuevo aquí, y esta vez para quedarme.
Bueno como ya habréis visto en el título de la entrada no es muy difícil de adivinar de que tratará la entrada de esta semana. Y es que todos estamos hartos de ver día si y día también nuevos casos de violencia de género por la tele. Que si el vecino la mató, que si la tiró por el balcón... en fin, una de las plagas de la humanidad y que ya viene de lejos.
La verdad es que no sé el número exacto de victimas que llevamos este año, que esta a punto de terminar. Y si queréis que os sea sincero, tampoco me he puesto a buscarlo. Por varios motivos. Es un dato que no he buscado nunca, y no se si es posible consultarlo de alguna fuente fiable. Y segundo porque en caso de encontrarlo no quiero indignarme más de lo que lo estoy ahora mismo.
Como os decía antes oímos a diario nuevos casos, pero solo nos cuentan la triste noticia del fallecimiento de una nueva víctima. Nunca se nos cuentan los detalles y los hechos que llevaron al trágico final. Pero ayer de casualidad descubrí un programa que se dedica justamente a eso. A contar historias reales con pelos y señales, contados por las propias víctimas. Simplemente espeluznante. Por si alguien le interesa el programa se llama Amores que duelen, si no recuerdo mal en Tele5 sobre las 0.00 h.
Anoche contaban un caso de una pareja de Gran Canaria. Por suerte, ella, en este caso la víctima, pudo llegar a contarlo. Y digo lo de en este caso la víctima porque cuando hablo de violencia de género me refiero a ambos sexos, porque aunque no se escuchen tanto como cuando las víctimas son ellas, estoy seguro que también hay muchos casos en el que las víctimas son ellos.
A lo que iba. Ella era una chica de 19 años, con los estudios recién terminados. Un día acude a una entrevista de trabajo y la persona que le realiza esa entrevista resultó ser la misma persona que años más tarde casi la mata. Un hombre de 36 años, del cual ella se enamora perdidamente. Pocos días después de aquella entrevista empezaban una relación. Ella no se enteró de que él era un hombre casado hasta un tiempo después.
Y aquí viene la historia de siempre, la que se repite una y otra vez. Al principio ella vivía en un sueño, ella era la reina de la casa, para ella eran todos los halagos, para él, ella lo era todo. Todo eran románticos paseos bajo la luz de las estrellas, hasta que llegó el retoño que iba a colmar a los dos de felicidad. El mismo hijo que años más tarde tuvo que soportar como su padre insultaba, menospreciaba y humillaba a su madre delante de él. Primero eran "simples" insultos sin siquiera levantar la voz porque por aquel entonces ella ya vivía sometida a la voluntad de un monstruo. Más tarde empezaron a llegar las palizas e incluso amenazas de muerte.
La enfermedad del susodicho, y digo enfermedad, porque creo que no hay otra explicación para esto, llegó hasta tal punto que no la dejaba ni siquiera hacer las tareas del hogar, tratándola de inútil. Hasta el punto que cuando él ponía la lavadora olía prenda por prenda para ver si encontraba rastros de olores que le indujeran a pensar que su mujer le engañaba con otros hombres. Cientos de veces la llamó puta delante de su hijo.
Incluso ya antes de que llegaran las palizas ella intentó llamar al 016 en repetidas ocasiones pero pensaba, como él la había hecho creer, que nadie la iba a creer. Que si no iba a denunciar con la cara llena de moratones no tenia con que demostrar los malos tratos, vejaciones y humillaciones que estaba recibiendo desde hacía años.
Porque al final es lo que pasó, después de varias palizas e incluso amenazas de muerte, contándole incluso como la mataría y haría desaparecer su cadáver, ella no pudo más y tras la última paliza que recibió llamó al 016 y en cuestión de muy poco tiempo la policía detenía a ese hijo de puta en su propia casa. Tal como contaban la historia si ese día esa llamada no se produce estoy seguro que hoy estaríamos hablando de un nuevo caso de asesinato.
Por eso yo hoy quiero poner mi granito de arena en la lucha contra esta plaga que cada año asola nuestro país. Se que no puedo hacer mucho más pero si quiero animar a todas esas mujeres y hombres que estén pasando por una historia parecida a que no esperen ni un segundo más. Al primer síntoma de cualquier indicio de malos tratos, LLAMA. Es un teléfono que no deja rastro alguno. Ni siquiera en el registro de llamadas del propio móvil ni por supuesto en la factura telefónica.
Acabemos entre todos con esta plaga que ha llegado hasta nuestros días. Digamos todos juntos ¡¡¡BASTA YA!!! ¡¡¡NO A LA VIOLENCIA DE GENERO!!! Escribamos entre todos otra realidad.