Es bien sabido en la actualidad por casi todo el mundo que la necesidad de contacto físico de los niños (besos, caricias, abrazos, mirada, permanencia) es tan necesaria como el alimento. Lo que escucho siempre cuando estoy en un parque y mi nena no deja que la ayude en algo es: que bien, es bueno que sean independientes, no como este……..” y miran a “este” no con el amor que mira un padre, sino avergonzados porque el “este” deja a su progenitor “avergonzado” por no ser independiente con 3 ó 4 años de edad, o le recriminan el hecho que mira la niña si es tranquila, no como tú. Y yo trago seco e intento enfocarme en lo que hago, adicional a la violencia que se vive en las calles (una amiga española del facebook contó como tuvo que huir luego de defender a una niña que estaba siendo maltratada por su madre)
Yendo por partes la independencia de un niño debe darse pausada y por partes, desde bebé debe sentirse querido, acompañado, consolado, AMADO. Un niño abandonado en su cuna y que luego no puede explorar a sus anchas, que es obligado:
- A comer aunque no tenga hambre.
- A dormir sólo sin estar preparado.
- A estar quieto
- A no molestar
- A no ensuciarse
- A cumplir protocolos y etiquetas para los cuales no está preparado pero sus padres lo requieren para quedar bien ante sus amigos, familiares y conocidos.
- A caminar antes de tiempo y luego a estar sentado
- Hablar antes de tiempo (terapeuta de lenguaje incluido), para luego callar.
En fin un niño a quien no se le permite vivir su infancia y es arrancado abruptamente de ella día a día, va acumulando rabia y malestar dentro de sí, y contrario a lo que se piensa no lo estamos preparando para la vida, le estamos quitando vida, una vida que le pertenece por derechoa la que nosotros hemos sido invitados y deberíamos engalanar con nuestros besos y caricias. Criar es un arte que no siempre es fácil y puede tener sus tramos empinados, pero al lograr pasar los escollos deberíamos hacer un alto, parar y observar-nos, de esa forma y probablemente veamos a nuestros hijos con ojos diferentes y estemos dispuestos a volcarnos a satisfacer sus necesidades reales de afecto y atención, acompañando su crecer en armonía, dejándolo pasar las etapas una a una, dejándolo crecer en libertad (que no es hacer lo que le de la gana, sino dejarlo ser).
La independencia del niño puede dar un mínimo paso al querer elegir la ropa que se va a poner, pero si no lo dejamos, si lo obligamos a ponerse lo que decimos nosotros estamos obstruyendo su autonomía. Yo puedo decir a mi hija que es mejor ir al parque en ropa deportiva, pero la puedo dejar elegir la ropa para otra ocasión. La independencia se da con el paso de los años, la independencia se construye dejando que el niño sea parte de la familia, no a un costado como si fuera un frágil adorno. Un bebé necesita de contacto físico para crecer protegido, un niño pequeño aún nos necesita, pero debemos tener la sabiduría de saber cuando acompañar y cuando dar un paso atrás y dejarlo que explore nuevos terrenos, no a costa de su seguridad física, pero nada va a pasar porque levante unas piedras para observarlas y luego se limpie las manos de la falda o pantalón, en unos años ya no lo hará y esos años ya están aquí, a la vuelta de la esquina.