Florian Meyer, árbitro alemán, acabó con la trayectoria europea del Valencia
Por Paco Salido (Valencia y ché)
El Valencia puso punto y final a su andadura europea en un partido en el que nada tuvo que ver con el que vimos en Mestalla en la ida. Emery dispuso una defensa con tres centrales y dos carrileros rápidos que léjos de romper el entramado defensivo colchonero, provocó un atasco de los carrileros con los interiores. Mata y Jordi Alba se estorbaban entre si, lo mismo ocurría con Joaquín y Pablo.
El ritmo del partido fue el que más interesaba a los de Quique; sin pasión, sin altibajos, sin ocasiones, sin espacios, todo bajo control rojiblanco. A los de la capital les bastó con acumular hombres atras y presionar la salida del balón en la zaga ché. Desde el primer minuto, Alexis , Maduro y Fernandes sufrieron lo indecible para enlazar algún balón con Baraja y Silva que no lograron imponer un ritmo vivo en ninguna fase del encuentro.
Al descanso se llegó con una única ocasión de Forlán y un penalti que el árbitro no decretó en el área rojiblanca y que impidió que se adelantase en el marcador el cuadro ché.
Mata y Joaquín vieron la cartulina amarilla por lanzar el balón fuera cuando se le señaló un fuera de juego y el segundo por protestar. Sin embargo, Reyes que ya había visto una amarilla, no vio la segunda, que debió dejar al Atletico con diez, al entrar con los tacos en una plancha que sin duda mereció la amonestación.
Era el partido soñado por Quique, el partido que, desde el pitido final de la ida en Mestalla, había dibujado en su mente. Quique demostró en los dos partidos que conoce más al Valencia que el propio Unai y por eso le resultó tan fácil desactivar a los de Mestalla. Aún así, cualquier error les dejaba fuera, pero tampoco le importó asumir el riesgo del funambulista que camina sobre el alambre, pero con la seguridad que da hacerlo en el circo propio.
La segunda parte continuó por los mismos derroteros; el Valencia no imprimía caracter a sus jugadas, no había velocidad en las acciones, faltaba espíritu; era como si no fuese con ellos la clasificación para las semifinales; simplemente pasaban los minutos sin que sucediese algo de interes.
El Atletico por su parte, se limitaba a cumplir el papel del que espera y a lanzar contragolpes controlados, sin desguarnecersa atrás en ningún momento. La tuvieron clara en un par de ocasiones, pero Cesar demostró que sigue en un momento de forma inmejorable y desbarató todo lo que le llegó.
Llegaban así al minuto 75 de partido, Unai hizo un doble cambio, entraban Zigic y Vicente en lugar de Mata y Joaquín y de repente todo cambió. El Valencia despertó del letargo y comenzó a imprimir velocidad y ritmo a sus acciones, el partido se rompía y el milagro parecía más cerca que nunca.
La tuvo Villa en un mano a mano con Egea que estrelló en el larguero. La tuvo un minuto después el serbio Zigic en un esplendido remate de cabeza a la salida de un corner que de nuevo salvaba Egea cuando se cantaba el gol, treinta segundos más tarde repetía el gigante serbio y repetía parada Egea. El At. de Madrid estaba, por primera vez en tod el partido, contra las cuerdas, el Calderón llegó a creer que la competición para ellos acababa allí.
Y así debió ser, porque Florian Meyer, el árbitro del partido, se tragó un penalti clarísimo sobre Zigic cuando a boca de gol le arrancaban la camiseta y le impedían rematar de cabeza. Las protestas no sirvieron de nada, la camisa hecha trizas de Zigic no era sufiente prueba de lo que allí había sucedido, el At. de Madrid se metía en semifinales y el Valencia se marchaba a casa con la cara de tonto que se le queda al que sabe que le han robado en su cara y que encima se le han reido.
La UEFA, que este año ha experimentado con la introducción de dos ayudantes más, ha demostrado está noche que el problema del fútbol no reside en el número de ayudantes que un árbitro tenga sobre el campo sino en la predeterminación que estos tienen para que gane uno u otro equipo.
Hoy la UEFA ha atracado al Valencia a cara descubierta y no se han ruborizado en absoluto al hacerlo, al contrario, hoy el alemán (tal vez en venganza por la eliminación del Werder), se va del Calderón contento porque, por encima de tácticas, oportunidades y méritos de uno y otro equipo, él ha sido quien ha clasificado al Atletico de Madrid. Hoy el árbitro alemán fue el mejor jugador rojiblanco.
Unai acabó expulsado, y en declaraciones en rueda de prensa se ha soltado como nunca lo había hecho, acusando directamente a los colegiados de la eliminación ché.
Pero esto no debe hacer que olvidemos algo importante, que el Valencia despertó demasiado tarde, lo dejó todo para los últimos minutos en los que se demostró que, si el equipo hubiese roto antes el partido, el Atletico de Madrid hubiese sufrido lo indecible, porque en diez minutos de presión se vio superado en innumerables ocasiones.
Se acabó el sueño europeo, no habrá morbo en Mestalla con el regreso de Benitez y todo ello gracias a tres claves:
1- El conocimiento que Quique ha demostrado tener del Valencia CF
2- Que el Valencia despertó de su letargo demasiado tarde, tal vez faltó romper el partido 15 minutos antes.
3- y lo más importante, que la UEFA ya había decidido que el Atlético de Madrid fuese quien llegase a las semifinales, mucho antes de que los equipos saltasen al terreno de juego. El atraco del alemán es de los que hacen hstoria.
Las declaraciones de Cesar, en alusión al atraco sufrido, lo dicen todo: "yo el año que viene no me traigo reloj"