Revista Cultura y Ocio

El árbol de las cerezas. Paola Peretti

Por Mientrasleo @MientrasleoS
El árbol de las cerezas. Paola Peretti
     "A todos los niños les da miedo la oscuridad.
     La oscuridad es una habitación sin puertas ni ventanas, llena de monstruos que te atrapan y te comen en silencio.
     Pero a mi no me da miedo: yo la oscuridad la tengo dentro de los ojos".
     El eterno dilema de las fajas: en este libro nombran "Nada", uno de mis libros favoritos; "El Principito" que como muchos saben colecciono en idiomas; "El Barón Rampante" que es un lujo.... y "La elegancia del erizo", que para mi fue un horror.  Total, que 3 a 1 me lo llevé y hoy traigo a mi estantería virtual El árbol de las cerezas.
     Mafalda nos cuenta su historia. Mafalda es una niña normal, con una familia y un cole. Todo sería normal si no fuera porque Mafalda está enferma: tiene la enfermedad de Stargardt. Sabe que es cuestión de meses que esas manchas negras que tiene ante sus ojos y que le borran el mundo, terminen por comérselo y todo sea una negra oscuridad.
     Imagina la vida en primaria. Imagina un mundo con amigos, jornadas de juegos por las tardes y cumpleaños. Ahora imagina que ese mundo se esconde tras una densa capa de niebla que se va oscureciendo. Y piensa en el miedo a la oscuridad que es tan habitual en la infancia. La historia de Mafalda es la de Paola, aunque no es esa niña, pero si es una niña a la que dieron ese diagnóstico.
La historia de Mafalda es una historia de esperanza y de terror, de aferrarse a un mundo y también de protegerse de él, de buscar protección. Mafalda cuenta los pasos hasta un árbol porque en ellos mide la enfermedad que padece: 140, 120, 60... y cada paso que recorta se encoge un poco más el corazón del lector que no puede dejar de admirar la valentía aunque no tenemos claro si es valiente avanzar hacia lo inevitable, a fin de cuentas no hay otra opción. Lo que si hay es una vida que cambia, cosas que se quedarán para siempre en el camino y recuerdos que tal vez se acaben borrando, la diferencia con sus compañeros, la timidez... hay tantas cosas que se esconden tras un diagnóstico así que una niña es incapaz de darles su espacio a todas ellas. Y Peretti se lo da en poco más de doscientas páginas.
     Es difícil escribir con sinceridad un libro así, que uno lo crea, que tenga sus espacios tristes y también sus espacios felices. Que uno sienta que algo así sucede y sea el corazón quien tome las riendas de la lectura. Y eso es lo que destila esta novela con la que se inicia Paola Peretti.
     Me ha gustado El árbol de las cerezas. De hecho me ha parecido un libro terriblemente hermoso y es que, si algo tengo claro hace tiempo, es que para que algo sea hermoso no tiene que ser bonito. Este tiene las letras a flor de piel, quizás porque evita el dramatismo, porque ante un niño todo se protege y es la protagonista la que lo cuenta. No hay escena que no presencie la niña y eso, lejos de restarle dramatismo, se lo aumenta al conferir al libro una trama susurrada en boca de los adultos. Lo recomiendo, no lo dudéis.
     Y vosotros, ¿qué opináis de las fajas?
     Gracias.

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