Revista Historia

El árbol del Pastor: modestia por arriba, récord mundial por debajo

Por Ireneu @ireneuc

60% raíz, 40% copa

60% raíz, 40% copa

Cuando estamos en presencia de un árbol, lo que más nos llama la atención es el tronco y la copa, más que nada porque es lo más evidente que vemos de él. Sin embargo, lo que vemos de los árboles es simplemente una parte que, a modo de iceberg, no corresponde ni a la parte mayoritaria del individuo, porque el 60% del volumen de un árbol se encuentra debajo, en las raíces. Unas raíces que penetran metros y metros en la tierra en búsqueda de agua y nutrientes, hasta tal punto, que llegan a superar en profundidad la altura de la parte aérea del árbol. Tal es el caso de un modesto árbol, el Árbol del Pastor, el cual ha sido declarado como el vegetal con las raíces más profundas que se ha documentado hasta la actualidad.

El sagrado árbol Bodhi (Nepal)

El sagrado árbol Bodhi (Nepal)

Los árboles, en las civilizaciones más antiguas -más en contacto con la naturaleza de lo que lo estamos nosotros- siempre han sido un objeto de veneración místico por su capacidad -tan real como simbólica- de poner en contacto el cielo con la tierra. Y por si lo duda, le recomiendo que no se ponga debajo de uno de ellos en un día de tormenta
Más allá de su improvisado papel de pararrayos natural, el árbol, como ser autótrofo que es, obtiene su alimento diario del aire y de la tierra, por lo que necesita disponer de un sistema radicular potente y extenso que asegure el suministro de nutrientes al árbol. Si fuera un animal, podría ir a buscarlo, pero como no puede, su única forma es abarcar cada vez más espacio de terreno.

Raíces superficiales

Raíces superficiales

En este sentido, los árboles -en general- crean una auténtica maraña de pequeñas raicillas que, combinadas con las grandes raíces de soporte, absorben tanto el agua de lluvia como los minerales disueltos que necesitan para su crecimiento. Sin embargo, y al contrario de lo que pueda parecer, el árbol basa su estabilidad más en la expansión de las raíces que en la profundidad de las mismas, lo cual provoca no pocos problemas en zonas urbanas cuando hay ventoleras fuertes (ver Árboles bajo sospecha)

Aridez extrema (Kalahari)

Aridez extrema en el Kalahari

El caso es que la media de las profundidades máximas de las raíces de los árboles oscila sobre los 7 metros, pero en las zonas secas y de sabana, los árboles pueden llegar hasta los 15 metros de media provocado por la irregularidad extrema de las lluvias. Esto obligaría a buscar un suministro permanente de humedad que solo se encuentra en las capas más profundas del subsuelo. Justo en esta circunstancia se encontraría nuestro árbol plusmarquista.

Boscia albitrunca

Boscia albitrunca

El Árbol del Pastor (Boscia albitrunca) es un árbol de la familia de las alcaparras que vive en las zonas áridas de Sudáfrica y que no destaca por su excesiva altura, ya que a duras penas llega a los 10 m de altura. Sin embargo, el hecho de vivir en un clima seco, le obliga a profundizar sus raíces en el subsuelo en búsqueda de la humedad necesaria, documentándose en 1974 una Boscia que en el desierto del Kalahari había llevado sus raíces hasta los 68 metros de profundidad. ¿Que le parece poco? Si el árbol hubiese crecido en la cabeza de la estatua de Colón de Barcelona, sus raíces, no solo bajarían todo lo alto del monumento, sino que aún estarían clavadas 3 pisos por debajo de su base. Ahí es nada.

Desierto del Kalahari

Desierto del Kalahari

Las razones de semejante crecimiento no están claras pero, junto a la sequía en superficie de una zona tan árida como el Kalahari -que empujaría al árbol a buscar en profundidad lo que no encontraba en superficie- se apuntaría a un nivel freático en descenso que hiciese de "liebre" a las raíces más profundas, llegando hasta el nivel de los 68 metros. Marca que casi doblaría la profundidad de las raíces del mítico Árbol del Teneré (ver 400 km de soledad).
El hecho de ser los seres vivos que más alto llegan (ver Hyperion, el ser vivo más alto del planeta) y los que más penetran su superficie, tradicionalmente ha hecho de los árboles un venerado tótem viviente. En una época, la actual, en que los vemos como molestias o simples proveedores de palillos y estanterías, vale la pena recuperar el sentido respeto que les tenían los antiguos y recordar que nuestra civilización, sin los árboles, no habría sido posible.
Ellos, al contrario, no nos necesitan para nada.

Modestia por arriba, récord mundial por debajo

Modestia por arriba, récord mundial por debajo


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