Revista Cultura y Ocio

El argumento de la división imposible

Por Daniel Vicente Carrillo

Mientras que es posible que algo finito en acto sea también infinito en potencia (esto es, un ente con un pasado finito y un futuro infinito), es no obstante imposible que algo infinito en acto sea también finito en acto (esto es, un ente con un pasado infinito y un futuro finito).

Por tanto, algo que ha existido como un todo durante un número infinito de años en el pasado no puede ser dividido en el futuro. De lo contrario la unidad de dicho ser sería infinita en acto y finita en acto, lo que es absurdo.

Por consiguiente, es verdadera la proposición "Lo que no tiene comienzo no puede ser dividido". Su negación es también verdadera: "Lo que tiene comienzo puede ser dividido". Y lo es asimismo su inversa: "Lo que puede ser dividido tiene comienzo".

Establecido lo anterior, presentamos el siguiente silogismo:

1) Lo que puede ser dividido tiene comienzo.

2) Todo lo que existe en el espacio y el tiempo es móvil.

3) Todo cuanto es móvil está dividido en una pluralidad de lugares y tiempos.

4) Por tanto, todo lo que existe en el espacio y el tiempo tiene comienzo.

Si todo lo que existe en el espacio y el tiempo tiene comienzo, el universo tiene comienzo.

Si el universo tiene comienzo, o bien es causado por un ente inespacial e intemporal o bien es causa de sí mismo. Puesto que esto es imposible, dado que nada es antes de sí mismo o mayor que sí mismo, se sigue que aquello es necesario. Luego Dios, creador del universo, existe.

De argüirse que el universo existió inicialmente en una forma inespacial e intemporal para devenir en una forma espacial y temporal, respondemos que, toda vez que en dicho supuesto el universo cesaría de ser inespacial e intemporal, se dividiría en ser y no-ser. Y, al estar dividido, tendría un comienzo.


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