Revista Cultura y Ocio
1. Lo causado y lo incausado no coexisten en el mundo
O se tiene causa o se carece de ella. No puede haber nada causado que sea en parte incausado, ya que estará y no estará en la cadena causal, ni nada incausado que sea en parte causado, por idéntica razón. Si lo causado y lo incausado coexisten en el mundo, hemos establecido que lo causado no está en lo incausado y lo incausado no está en lo causado, por lo que tendrá que darse un tercero que los separe. Ahora bien, tal tercero es imposible, pues no hay nada que no sea ni causado ni incausado. Por tanto, lo causado y lo incausado no coexisten en el mundo.
Supongamos que, excluida tal coexistencia, podemos reducir cuanto existe a una de las dos categorías. Debemos examinar, pues, si es concebible que todo tenga causa o que nada tenga causa.
2. No todo es causado
Si todo tiene causa, entonces el todo tiene causa. Esta causa o bien no es parte del todo o bien es parte del todo. Si la causa del todo no es parte del todo, el todo no es el todo, lo que es absurdo. Mas si la causa del todo es parte del todo, entonces la parte es superior al todo, habida cuenta que la causa es siempre superior al efecto. Esto contradice el axioma según el cual el todo es siempre superior a la parte. Por consiguiente, es falso que todo tiene causa.
3. No todo es incausado
Si nada tiene causa, todo subsiste por sí mismo y es necesario. En tal caso se dará o una pluralidad de seres necesarios o un solo ser necesario. Si hay una pluralidad de ellos, no se necesitarán el uno al otro, por lo que serán necesarios para sí y contingentes para el otro, esto es, necesarios y no necesarios, lo que repugna a nuestro entendimiento.
Por otro lado, si -como sostiene Spinoza- hay un solo ser necesario que comprende todo lo que existe, todo en él será igualmente necesario, pues no hay grados en la necesidad, y nada prevalecerá sobre su opuesto, lo que es contrario a nuestra experiencia. Así, es innegable que hay opuestos, toda vez que si un cuerpo se aleja de otro obra menos en él, lo que equivale a decir que su distancia se opone a su obrar y que, cuanto mayor es ésta, más prevalece el no obrar sobre el obrar. Sentado que el obrar no se distingue del existir, habiendo grados en el obrar los habrá también en el existir. Luego, dado que hay opuestos y aumentos y disminuciones recíprocos en los cuerpos, pero no puede hablarse de aumento ni disminución en la noción de necesidad, no hay un solo ser necesario que comprende todo lo que existe. 4. Lo causado y lo incausado coexisten fuera del mundo
Habiéndose probado que existen lo causado y lo incausado, puesto que se ha reducido al absurdo que todo pertenezca a uno de estos dos extremos, se sigue que ambos coexisten. No obstante, en base a la refutación contenida en el primer punto, debe sostenerse que ambos coexisten fuera del mundo. Este coexistir no es el estar de lo causado en lo incausado ni el estar de lo incausado en lo causado, sino el ser producido éste por aquél fuera del mundo y fuera del tiempo.