El arma de los indígenas bolivianos contra los españoles: la altitud
Indígenas bolivianos
Llama mucho la atención Bolivia por la gran cantidad de indígenas que tiene a pesar de la conquista española. Cualquier reportaje de aquellas tierras presenta sus típicas mujeres bajitas y rechonchetas, vestidas con colores abigarrados y su tradicional bombín de paño. No es el único lugar de América donde subsisten, ciertamente, pero acostumbran a ocupar las zonas más pobres y que difícilmente interesan a nadie, por lo que quedan arrinconados, aislados y lejos de la influencia exterior. Sin embargo, Bolivia era la joya del imperio español por sus casi inagotables minas de plata, lo cual atraía a los extranjeros en tropel y, no obstante, no se ha producido la asimilación masiva ni la mezcolanza que se ha dado en otras partes. ¿A qué ha sido debido?Un país de gran altitud
Bolivia es un país que se reparte entre el llano amazónico y la montaña andina, que es donde se acumula la gran mayoría de la población boliviana al estar aquí ubicadas las grandes instalaciones mineras de todo tipo que explotan las riquezas naturales del país. La zona andina destaca sobretodo por su gran altitud, que provoca que las grandes ciudades bolivianas se encuentren a alturas dignas de récord: La Paz (la capital), 3.650 m; Sucre, 2.800 m.; Cochabamba, 2.570 m. o Potosí, a nada menos que 4.067 metros sobre el nivel del mar.Al ser una zona minera, los españoles no dudaron en utilizar mano de obra indígena para trabajar en sus minas, lo cual, ya de por sí, produjo un gran acúmulo de población nativa y pudiera ser la clave del asunto, pero no es este el caso, máxime porque las vidas de los mineros eran durísimas (caían como moscas) y se importaba mano de obra africana para reforzarla, por lo que tendría que haber habido cierta mezcla. Sin embargo si tomamos el caso de la ciudad de Potosí, tal vez se nos desvele el misterio.
Cerro Rico y Potosí
Potosí fundada en 1545 a los pies del Cerro Rico -la mina de plata más grande que había en el mundo-, creció de una forma tan acelerada, que en 1570 ya disponía de 50.000 habitantes, y 160.000 en 1625, siendo mayor que Sevilla, París o Londres. No obstante, el primer hijo de españoles no nació hasta 1582, a lo que los Padres Agustinos de la zona dieron a llamar el Milagro de San Nicolás. Que una ciudad de casi 100.000 personas, llena de familias españolas hasta la bandera, tarde 37 años en concebir su primer hijo no indígena, resulta cuando menos curioso.Los forasteros eran estériles
Efectivamente, doña Leonor de Guzmán dio a luz a su hijo Nicolás el día de Navidad de 1582 después de seis embarazos frustrados. Y no es que los demás no intentaran reproducirse -que a eso, los españoles siempre le han puesto mucha "afición" y poco racismo-, sino que a todos los extranjeros les afectaba una extraña esterilidad que les impedía reproducirse con normalidad. Tiempo a venir la ciencia descubrió que era debido a los efectos de la altitud: los indígenas estaban totalmente adaptados genéticamente y lograban reproducirse con normalidad, no así los europeos y otros habitantes provenientes de otras zonas más bajas que, debido a la falta de oxígeno permanente de la zona, sufrían daños irreversibles de los sensibles tejidos germinales.Así, de esta forma, la población predominante en las zonas más altas es la autóctona, ya que ha sido la única que puede mantener su fertilidad al 100%, mientras que, aún hoy día, el grado de infertilidad en la población no autóctona es altísima. De esta manera es fácil de entender que, junto al mal de altura, ésta esterilidad forzosa fuera la principal razón de que, con el tiempo, los españoles prefirieran vivir en Sucre, y que los barrios ricos de las ciudades andinas no se encuentren en las partes más altas, sino en las más bajas.
Y es que, en el fondo, con la Naturaleza, o te adaptas a ella o acaba contigo. No hay más.
El arma boliviana contra los forasteros: la altitud.
Art. Rev. 20/12/10 00.15 100v