Revista Libros

"El aroma del chocolate" de Ewald Arenz

Publicado el 08 octubre 2017 por Librosquevoyleyendo @librosqvleyendo

En la primavera de 1881, el teniente August Liebeskind se licencia en el ejército austríaco tras diez años de servicio y comienza a trabajar de viajante para la fábrica de chocolate de su tía Josef. Un día, en un café vienés, se encuentra con Elena Palffy y desde ese momento queda encantado por esta misteriosa mujer, especialmente por su olor, dando comienzo el amor más apasionado de su vida. Una apasionada novela sobre el amor sensual y la magia de los aromas.

Formato: Tapa blanda / Epub

¿Había cambiado el aroma del aire? Hizo una inspiración profunda y pensó que realmente olía de otro modo. Olía a libertad. Un olor claro. Se echó la gorra un poco hacia atrás y comenzó a sentirse raro en el uniforme, tal y como se había sentido la primera vez que se lo había puesto.


Como adicta al chocolate, solo leyendo el título no pude escapar a la tentación de leer El aroma del chocolate. Lo reconozco, es mi perdición (y sé que no soy la única que no consigue huir de las redes de este dulce). Cuando leí despacio su sinopsis, me terminó de conquistar: Viena como escenario, un lugar mágico que envuelve y enamora a sus visitantes.

Cuando llovía, los olores se volvían más intensos, y August amaba los olores. Cuando cerraba los ojos, podía incluso verlos. Cada aroma tenía un color para el que no existía la palabra precisa. También lo tenía el olor de la lluvia de primavera, algo así como un verde lima pálido distendidamente alegre.

August acaba de licenciarse en el ejercito austriaco y disfruta de sus primeros días de libertad. Como necesita trabajar, acepta un puesto de viajante en la fábrica de chocolate de uno de sus tíos. Su vida cambia cuando conoce a la misteriosa Elena Palffy y ya no puede sacarla de su cabeza.

Entre fabricas, pastelerías y confiterías, se va desarrollando una historia de amor entre dos personas, pero también hacia los aromas y fragancias que recorren la ciudad.

Una novela llena de matices, fácil de leer gracias a sus abundantes diálogos. Quizá se echa en falta un poco más de azúcar, para conseguir quitar ese toque amargo que esconden sus páginas, pero sin duda se trata de un libro entretenido que se ha de disfrutar con un buen chocolate a la taza al lado.


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