Revista Comunicación

El arsobispo de Sevilla pasa de puntillas sobre los abusos sexuales

Publicado el 27 marzo 2010 por Jackdaniels

Monseñor Asenjo, Arzobispo de Sevilla

“La valoración, como es natural, es muy negativa. La aparición de estos casos es una desgracia enorme para la Iglesia. Tengo la impresión de que la Iglesia en el pasado no ha actuado con la suficiente contundencia, apartando del ministerio a los culpables y protegiendo a las víctimas. Los casos que van aflorando se refieren a los últimos cincuenta años y son verdaderamente escandalosos y repugnantes. Yo me solidarizo con el mensaje de consternación y de repulsa del Papa en su carta a los católicos de Irlanda, y creo que hay que hacer todo lo posible para eliminar esta lacra de la vida de la Iglesia. Dicho esto, quiero decir también que en estos momentos hay quienes están aprovechando unos pocos casos para organizar en Europa una campaña, perfectamente orquestada, de desprestigio de la Iglesia, cuando realmente los casos que se han producido en su seno no dejan de ser episódicos, silenciando otros que afectan a otras instancias e instituciones. Esta mañana he leído que en Alemania se han producido más de 200.000 casos de pedofilia desde 1995, de los cuales 90 afectan a miembros de la Iglesia, y a su vez de éstos solamente 30 han acarreado una condena judicial”.

Las negrillas son, por supuesto, mías. Ya sabemos que, por desgracia, esta lacra no es exclusiva de la iglesia, ni mucho menos. Y está bien solidarizarse con las víctimas y rechazar unas prácticas abominables para el sacerdocio. Pero es del todo insuficiente anclarse en la letanía de que igual no han sido lo bastante contundentes. Eso es escurrir el bulto, monseñor.

Lo que en ningún caso es de recibo, por aquello de ustedes sólo están sometidos al juicio divino, es que no se pronuncie sobre los encubrimientos vergonzosos, ni sobre la necesidad imperiosa de que sea la propia iglesia la que encabece las denuncias y ponga a disposición de la justicia a estos delincuentes.

Sobre esa ignominiosa actitud de una institución, con su más insigne representante a la cabeza, que cada vez es más oscurantista, ni una sola palabra. Lo de siempre, el silencio y el ocultismo, el abono ideal para que el clima siga siendo proclive a la comisión de tales actos.

A la iglesia no le hacen falta campañas de desprestigio, señor Asenjo, se basta sola para ello con actitudes como la suya, sin autocrítica, sin denuncia, sin dar la cara nunca. Así les va.



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