En todos los confines de la Tierra se venera a Caissa como “Diosa del ajedrez”, una forma poética de definir este juego y que tiene su origen en un poema de William Jones (1763), inspirado el poema de Marco Girolano “Scachia Ludus” (1527). «Federación alavesa de ajedrez»
“Cuando las personas juegan al ajedrez están mostrando su personalidad, su forma de enfrentarse al futuro. El poder con el que se concentran me permite responder a las preguntas sobre su vida futura”. «Ajarn Nong, vidente».
La verdad es que no conocemos exactamente cuándo y cómo nació el ajedrez, aunque durante mucho tiempo se consideró como un invento de Palamedes, un héroe de la guerra de Troya, a quien también se le atribuye la invención del juego de dados.
Pero, según una leyenda árabe, el inventor fue un brahmán llamado Sissa encargado de la educación de un joven monarca hindú, para demostrarle que “el rey necesita de sus súbditos para vencer en la batalla”, y bautizado como “el juego de la guerra” o “Chaturanga”, pasando más tarde desde la India a toda Asia a través de los monjes budistas, para llegar, tres siglos, más tarde, a Europa, con el nombre ajedrez, del árabe “ax-xatranj”.
Según la leyenda, el rey Ladava, aunque había vencido, quisó saber por qué perdió a su hijo en la batalla. Sissa le presentó entonces un juego (un tablero tallado en madera con 64 casillas) en el que participaban dos personas, quienes tendrían a su disposición dos ejercitos, cada uno de ellos igualmente constituido por la infantería, con ocho piezas pequeñas llamadas peones; dos elefantes (artilleria); dos caballos (caballería), dos visires (consejeros) y una reina con su rey. “Tan sencilla y clara fue la presentación que en pocas horas el rey ya conocía las reglas básicas del juego….”
Según la tradición, los árabes aprendieron este juego de los antiguos persas, que lo practicaban con un tablero de 64 casillas, claras y oscuras, y piezas que denominaban rey, ministro, barco, caballo, elefante e infante. Lo adaptaron y lo divulgaron, usando piezas negras y rojas, y con la misma disposición que la actual. En Europa se jugaba según las reglas árabes, descritas en diferentes tratados escritos por el rey Alfonso X “el Sabio”.
Bien está la leyenda y la tradición, pero la verdad es que existe un grabado en roca en la tumba de la reina Nefertiti, reina del antiguo Egipto y esposa del faraón Amenofis IV de la VIII Dinastía, oriundo del reino de Mitani al nordeste de Egipto, y que vivió en el siglo XIV antes de Cristo con su nombre de origen de Tadujipa, cambiado en la corte por Amenofis III y su esposa Tii, cuando la casaron con su hijo como heredero del imperio.
Dicho grabado nos representa a Nefertiti como campeona de ajedrez ante un tablero con sus piezas, dándonos claramente a entender que entre los años 1375 al 1378, en que reinó, dicho juego ya debía ser muy conocido y popular.
La similitud entre el ajedrez y el Tarot no está en la manera de jugarlo, sino más bien en las figuras y su significado, lo cual nos hace suponer que debió nacer del Tarot o más o menos con el mismo número de las veintidós piezas de los “arcanos mayores”, aunque posteriormente fuera reducido a los dieciséis por cada lado.
Este es un ejemplo de las piezas del ajedrez comparadas con las correspondientes cartas del Tarot:
- El rey, en el ajedrez, es el emperador en el Tarot.
- La reina es la emperatriz.
- El alfil es la sacerdotisa.
- El caballo es el mago.
- La torre es el carro del triunfo.
Y así sucesivamente, si no en todas la piezas, por lo menos en muchas de las figuras del Tarot sí que existe un paralelismo y coincidencia.
En el método de Ajarn Nong el arte adivinatorio se realiza cuatro piezas:
- El rey simboliza a Júpiter; posee un temperamento frío, calculador y reflexivo.
- La reina es Saturno, la pasión, el impulso y la temeridad.
- El caballo alude a la Tierra, resaltando el carácter más directo, ingobernable, desconfiado y trabajador.
- El peón representa a Venus, que tiene propiedades femeninas, altruistas y de personalidad abierta.
Se escoge al azar cinco piezas del ajedrez, que se encuentran dentro de un cofre y se colocan aleatoriamente en el tablero. Esto permite al vidente conocer el comportamiento de la vida. Por cada pregunta que se formula hay que escoger otras dos nuevas piezas y colocarlas del mismo modo en el tablero.
Para saber más sobre la simbología mística del ajedrez:
- https://www.cadizdirecto.com/la-simbologia-oculta-y-secretos-del-ajedrez/
- http://www.cyberprimo.com/2012/01/los-secretos-ocultos-del-ajedrez.html
- https://fadajedrez.wordpress.com/2012/12/06/caissa-la-diosa-del-ajedrez/