Revista Salud y Bienestar

El arte como camino hacia la salud psico-emocional individual y colectiva

Por Itato

ORIGENES DEL ARTERAPIA

En el siglo XX la arteterapia se institucionaliza como profesión, tomando como referencia dos escuelas de pensamiento: el Psicoanálisis y la Educación Artística. Como disciplina terapéutica, se centra en acompañar y facilitar adaptaciones, cambios positivos en la vida de las personas, a través del trabajo artístico. Es en los años 40 que comienza a practicarse basándose en el resultado terapéutico de la actividad creadora. Se considera que los padres de la Arteterapia son Jung, Freud y Steiner. Son relevantes las aportaciones de Winnicott, Kramer y M. Klein. Cobra especial relevancia el abordaje humanista de la terapia Gestalt de Perls, donde trabaja des de lo que sucede “aquí y ahora” el estar presente.

¿QUE ES EL ARTETERAPIA?

El Arte-terapia consiste en el uso de diferentes disciplinas artísticas de lenguaje verbal y no verbal, con fines terapéuticos. Esta disciplina se aplicó inicialmente dentro de la psiquiatría, y se ha ampliado con el paso de los años dado su gran eficacia comprobada, mediante numerosos estudios, a otros campos como la medicina hospitalaria, apoyando la labor de los profesionales sanitarios en la mejora de la salud y la calidad de vida del ser humano desde un enfoque integral. Se ha comprobado como por ejemplo el arteterapia ayuda a mejorar la calidad de vida de personas que se encuentran obligadas a afrontar una larga hospitalización, lejos de sus familias, del hogar y aislados del entorno. Y no solo la larga hospitalización en sí, si no la aceptación de la enfermedad misma, sea enfermos de cáncer, enfermos terminales, o cualquier otra enfermedad o discapacidad, que inevitablemente cambia la rutina del paciente, a veces de por vida. Ya sean niños, adultos o ancianos. pretendemos dirigirnos a su sensibilidad, rescatar espacios de belleza y llenos de vitalidad, conectar con lo vital en nosotros, con nuestras partes sanas, para que así puedan ofrecerse experiencias también gratificantes y no solo de desahogo al liberar la tensión emocional. Siendo la arteterapia, el medio por el cual los pacientes pueden expresar así, sus frustraciones, tristezas, miedos, miedo al cambio, a la muerte, o a la vida que les espera, a cambios físicos y psíquicos, etc.

De esta manera por medio del trabajo artístico el Arteterapia promueve experiencias y sensaciones de bienestar que en sí mismas ya son sanadoras, no de la enfermedad en sí, si no sanadoras o reparadoras, en cuanto que ayudan a recuperar el equilibrio psico-emocional, que toda persona enferma o no, necesita en su vida. El arteterapia también se aplica en campos de la educación, en grupos de personas en riesgo de exclusión social, cárceles, situaciones de desastres naturales, zonas en conflictos bélicos, campos de refugiados, familias de acogida y adoptantes, en la etapa prenatal, así como ya más recientemente en ámbito empresarial.

LOS MEDIOS ARTÍSTICOS Y EL PROCESO CREATIVO
Para nada se trata de crear obras de arte buscando un fin estético perfecto, lo importante es ver el arte como instrumento rehabilitador a través de la creatividad propia del individuo, fomentando la conexión con uno mismo para así facilitar el poder hacernos preguntas antes no hechas, que den luz a nuevas respuestas. Abrir posibilidades, ofrecer nuevos paisajes, una nueva forma de mirar, es tal vez, lo más reparador del arteterapia para cualquier persona, esto se consigue a través del proceso creativo, y no del resultado de la obra de arte en sí misma. Para alcanzar todo ello, se utilizan sencillas técnicas de pintura con materiales inocuos que facilitan la participación y permite la expresión sin palabras, salvando las
dificultades físicas, cognitivas, culturales y emocionales que puedan presentar los participantes. La Arteterapia les ofrece la posibilidad de manifestar cómo se sienten, sus inquietudes y aspiraciones, y paralelamente ayuda a conservar y  mejorar la destreza y habilidades psicomotoras, la percepción, la coordinación y la atención. Algunos de los medios artísticos que pueden ser utilizados por ejemplo serian tales como la pintura, la fotografía, el collage, teatro terapéutico,  psicodrama, expresión corporal y vocal, la música, la escritura creativa, ejercicios de relajación, trabajo con mandalas, trabajo con metáforas, landart, video-terapia, entre otras. Es habitual que cualquier persona que sufre de una enfermedad o no, normalmente no tiene ninguna o poca experiencia previa en pintura artística, más allá de lo aprendido en la escuela en su infancia. Pero eso no es ningún obstáculo, es más, no se precisa en absoluto de ninguna destreza artística para formar parte de una sesión individual o taller grupal de arteterapia. El hecho de que el paciente afronte el reto de percibir sus límites y aprender de sus errores, despertado en ellos la motivación por superarse, es ya en sí mismo, muy
importante. El hecho de descubrir que son capaces de progresar en lo que se proponen y jugar a descubrir las posibilidades o resistencias que ofrecen los materiales, despertando así su creatividad y esfuerzo de superación, les ayuda a valorar su trabajo, mejorando su sentimiento de competencia personal. Esto significa, que el verdadero aprendizaje esta en el proceso arteterapeutico, y no en ninguna meta. Y que como sucede en la vida, lo que importa es como se vive, no si se llega más lejos o a cierto lugar en cierto tiempo. En el proceso creativo se crea un dialogo de “a tres”, es decir, entre el paciente, la obra y el arteterapeuta. En este triangulo, se crean transferencias, contratransferencias, aparecen resistencias, superaciones, bloqueos, puede pasar cualquier cosa, incluso nada, es algo. En dialogo de “a tres” se crea un vinculo terapéutico, en el cual arteterapeuta y paciente, deben dialogar y relacionarse en la justa distancia, tal y como bien explica la
teoría de Winnicott. La buena distancia es aquella que permite estar centrado en lo que sucede, sin implicarte demasiado o extralimitarnos en la relación de ayuda, y es aquella que permite estar lo suficientemente cerca para sentir y percibir, pero lo suficientemente lejos para observar con objetividad y serenidad. Esa distancia es esencial para un buen desarrollo de las sesiones y para una adecuada relación de ayuda.

El arteterapia es y será, un buen espejo de nosotros mismos, para que podamos aceptar nuestras luces y sombras e integrarlas en nosotros, la salud es un equilibrio, no una exclusión de alguna de las partes. Toda sombra nos enseña una lección, toda luz nos indica el camino, y toda guía arteterapeutica profesional, nos puede ser de gran ayuda, para avanzar en la vida, de la mejor forma posible; estando en paz con uno mismo, aumentando nuestra autoestima, y alimentando nuestras partes sanas, para mejorar nuestra calidad de vida, y la de los que nos rodean. Porque a más salud psico-emocional personal, habrá más salud psico-emocional colectiva, haciendo de este mundo, un lugar más saludable, bello y  consciente de la importancia de establecer vínculos que ayuden a construir puentes de entendimiento y no muros que separen, vínculos que sumen, y no excluyan, vínculos de amor, y no de dominación o sumisión, vínculos sanos para una vida rica en experiencias llenas de calidad y sentido.

Anna Freijomil, Arteterapeuta (www.annafreijomil.com)
Máster en Arteterapia en ISPA, Barcelona.
Postgrado en Arteterapia en la Universidad de Girona.
Postgrado en Coching Personal

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