Revista En Femenino
La lactancia materna no es nada nuevo, de hecho, es algo que se viene practicando desde tiempos remotos. No deberíamos olvidar que somos mamíferos, anatómicamente diseñados para alimentar a nuestras crías mediante la leche producida por las madres. Pero, algo que debería ser natural y sencillo, se ha convertido en todo un reto para las madres recientes.
La falta de contacto con madres lactantes, el ritmo de vida actual, la incorporación de las mujeres al mundo laboral…Múltiples son las causas que han hecho disminuir progresivamente las tasas de bebes amamantados, pese a las campañas que se han llevado a cabo para promocionarla.
Podríamos decir que, con la lactancia, ha pasado como con el parto, que hemos permitido que otros asuman ese rol y esa capacidad en aras de una mayor “libertad” de la mujer.
Pero, en los últimos años, algo está cambiando. Cada vez son más las madres conscientes del valor y la importancia de la lactancia materna y que apuestan por ella pese a las dificultades que encuentran por el camino.
Y no solo las madres empiezan a ser conscientes, sino también lo empiezan a ser los profesionales de la salud.
Pese a todo, todavía queda mucho camino por recorrer. La lactancia materna sigue considerándose como algo minoritario, practicado por unas cuantas “sectarias” o “talibanas de la teta” como se nos suele llamar. Por eso, hace falta un gran trabajo para concienciar a la gente, para mostrarles que no somos ni unas raras ni unas hippies y mucho menos sectarias o talibanas, que somos madres iguales al resto que han optado por alimentar a sus hijos con la mejor opción, tanto para ellas como para sus bebes.
No quiero que penséis que, por no haber podido (o en muchos casos lo correcto sería decir “sabido”) dar el pecho, se es una mala madre o se es peor madre. No, esa no es mi intención. Lo que quiero trasmitir es, que la lactancia, por muy fisiológica y natural que sea, es a la vez un acto que requiere de un aprendizaje y de unos conocimientos previos para llevarla a cabo.
Seguramente, si hubiéramos nacido hace unos cientos de años atrás, no necesitaríamos ese aprendizaje, porque lo habríamos vivido como algo normal, lo habríamos podido observar en repetidas ocasiones, habríamos visto a nuestras madres, primas, vecinas amamantando y, el día que nos tocase a nosotras, sabríamos lo que teníamos que hacer.
Pero, en la actualidad, donde es difícil ver a una madre amamantando, donde el acto de alimentar a un hijo se ha convertido en algo casi privado, ya sea por el propio pudor de las madres o por el reprobamiento de los espectadores, se convierte en esencial obtener la información de otras fuentes. Por suerte, vivimos en la era 2.0, donde toda la información es accesible con un solo clic y, podemos encontrar documentación abundante en la red. Pero, también es importante poder verlo en directo, poder conocer a madres que dan el pecho, conocer sus experiencias, sus consejos,…Y no quedarse solo con la parte teórica. Al fin y al cabo, la lactancia va a ser un acto físico y, como tal, como mejor se aprende es viéndolo.Desde aquí, os animo a seguir "dando caña", a seguir promocionando la lactancia, a disfrutarla y a vivirla como lo que es, un acto de amor, fisiológico y 100% corporal. Os animo a ayudar a otras madres,a asistir a los grupos de lactancia y a ayudar a normalizar un acto tan natural como es dar el pecho a un bebé.Aquí seguiré, La Mamá Vaca cabalga de nuevo!!!