Entramos al kiosco con Camilo por caramelos masticables. Dentro del local un señor menciona la barbarie que está sucediendo en el país convidando su indignación al kioquero: «que bárbaro viejo, se están llevando todo estos hijos de puta, y se quejaban de los otros, los muertos se ríen del degollado».
Salimos del lugar con un motín de cincuenta pesos de caramelos y caminamos despacito para la plaza, en el camino le doy un caramelo a Camilo y mientras este desenvuelve el dulce dispara su inquietud:
– Pa, cómo es eso de que se están llevando todo? De quienes hablaba el señor enojado? –
– Calculo yo que del gobierno hijo –
– Los políticos? –
– Claro –
– Ah, esos de nuevo. Y que quiere decir que se llevan todo? –
Explicar a mi hijo la bazofia humana por lo general es tan triste como entretenido porque llevo el contexto a su universo paralelo donde nos burlamos de lo establecido:
– Imaginate que vos sos el pueblo y yo el gobierno. Vos ahorraste todas las monedas que te regaló la abuela y me la diste para comprar caramelos. Compramos los caramelos y me los como todos yo, al carajo el pueblo, me cagué en vos y en todo tu esfuerzo para juntar las monedas, algo así sería –
Camilo piensa y sentencia:
– Conchasumadre –
– Ni digas eso en la escuela –
– Si, ya se. Y que hay con los otros? –
– Cuales otros?
– El señor dijo, que se quejaban de los otros –
– Ah, los otros, los populistas –
– Populistas? –
– Si, populistas, gobiernan para la clase trabajadora, para los que tienen menos –
– Y eso está bien? –
– Claro, en realidad gobiernan para todos pero no sé olvidan de los más pobres –
– Y como como sería?
– Sería como si yo me quedo con la bolsa de caramelos pero la guardo en casa y cada vez que me visitas te doy de esos caramelos –
– Vos haces eso –
– Claro –
– Sos populista? –
– Algo así –
– Y que hay con los caramelos que te comes cuando no estoy ? –
– Vos que preferis? Que yo me coma toda la bolsa y no te deje nada o que cada vez que vayas a casa tengas caramelos para masticar? –
– Lo segundo –
– Bueno, eso quiso decir el hombre, antes llegábamos a fin de mes y había caramelos para masticar, ahora hay que pedirle al kioquero que nos fie una bolsa de caramelos y cada vez más chiquita –
– Estás desviando la conversación? –
– Claramente. Querés otro caramelo? –
– Si –
– Banana? –
– Obvio –
– Ese es mijo –