Haciendo la tarea de lengua y literatura:
– Papá ¿Por qué todo junto va separado y separado va todo junto? –
– No se hijo, porque así lo quizo alguien –
– ¿Quien? –
– Ufff, me mataste, habría que investigar –
– ¿Te mate? ¿De que se trata? –
– Es una expresión, quiere decir que me dejaste sin respuesta –
– Ah –
Jugando en el jardín Camilo encuentra caracoles y babosas debajo de un adoquine:
– ¡Mira pá! –
– ¿Que hay hijo? –
– ¡Caracoles! –
– ¡Que bueno! Me encantan los caracoles mijo –
– ¿Ya viste su caparazón? –
– Si, son hermosos. Lo bueno de ser caracol es que llevas tu casa con vos a todos lados –
– Wuou, verdad ¿Y esos otros que son? –
– Son babosas –
– Uacala, que asco –
– Si, son de la familia del caracol pero sin coraza –
– Aguarda un segundo –
– ¿Que pasa chino? –
– ¿Las babosas son caracoles en situacion de calle?
(Pienso un segundo y luego sonrio)
Una tarde cualquiera Camilo sale disparado de la cama al baño:
– ¿Que pasó hijo? –
– ¡Voy a hacer caca! – Dijo mientras se apresuraba al abrir la puerta.
– Bueno, tira la cadena y lávate bien las manos – Le dicto desde el cuarto.
(Pasan unos segundos)
– ¡¡PAPÁ!! – Llama el niño desde el inodoro.
– ¿QUE PASA? –
– ¿POR QUÉ DECIMOS QUE VAMOS A HACER CACA? –
– ¡PUES PORQUE VAMOS A HACER CACA! ¿A QUE VIENE LA PREGUNTA? –
– ¡PORQUE LA CACA YA ESTÁ HECHA, SOLO HAY QUE SACARLA!
Hice silencio absoluto y admire la interpretación tan exquisita como repugnante de mi hijo.
Mirando dibujos animados:
– Pá –
– ¿Que? –
– ¿Que hay con la lombriz solitaria? –
-¿Que hay de qué? –
-¿Existe? –
– Si, es una lombriz que te nace en la panzuti y se come todo lo que te tragas y te volves flaquito –
– ¿Y la lombriz te da cando comes muchos caramelos? –
– Creo que no ¿Por qué? –
– La abuela me dijo –
– Seguro te lo dijo para que no te comas todos los dulces, hablando de dulces, voy por el frasco de caramelos –
Abro la alacena y el frasco de caramelos estaba completamente vacío – No puede ser – Pensé para adentro – Si lo llené ayer –
– ¡¡Camilo!! ¿Te comiste todos los caramelos del frasco? –
– No papá ¿Cómo crees? –
– ¿Y donde es que están entonces? –
– Ay, me mataste papá, me mataste –