El descubrimiento de tu verdadera naturaleza no puede producirse a través de la
memoria. Llega a través de la atención multidimensional, que tiene lugar naturalmente cuando la memoria está ausente.
Esta innata atención es el escuchar.
Cuando estás en la actitud de escuchar te sientes en la inmensidad, donde no hay escuchador ni observador.
Sólo en el escuchar puede tener lugar la transmutación del tener conocimiento al
conocer como ser.
Escuchar es un arte con el que debes familiarizarte.
Es estar abierto a todas las expresiones de la vida. Las expresiones de vida nunca son repetitivas. Puede haber analogía pero no repetición. Has de ver que la aparente repetición sólo es memoria.
Escuchar es acoger gustosamente la vida sin referencia a lo ya conocido. El
verdadero descubrimiento está sólo en el momento inmediato en sí. Nunca podemos
comprender lo desconocido a través de lo conocido. Se nos educa para la experiencia,
para mirar con motivo, para interpretar, pero debemos explorar la posibilidad de vivir
como no-experiencia. Esta exploración tiene lugar en una escucha no reactiva. En una
escucha incondicionada estamos abiertos a todas las posibilidades, y en la ausencia de
restricción tiene lugar la percepción directa.