Revista Libros

El arte de escuchar los latidos del corazón, de Jan-Philipp Sendker

Publicado el 04 marzo 2012 por Isi

Conocía este libro por la reseña que hizo Tatty en su día, y me quedé con el título, que además es bastante sugerente y sin duda llamativo, como posible futura lectura. Hace poco lo vimos de oferta en el CI y Mork me lo regaló; lo empecé ese mismo día y ya no pude parar de leerlo. Es una historia preciosa.

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El padre de Julia desapareció sin dejar rastro hace 4 años. Un buen día se despidió de sus hijos y de su mujer en Nueva York porque, según les dijo, tenía que hacer un viaje de trabajo, pero nunca regresó. Se abrió una investigación pero no se llegó a descubrir el paradero del hombre y ahora, después de tantos años, Julia y su madre ya han asumido que no volverán a ver a Tin Win. Pero la chica encuentra una pista en una caja vieja del desván y decide seguirla: todo apunta a que su padre volvió a su país natal, Birmania, y hacia allí se dirige Julia con la intención de averiguar algo. Llega hasta Kalaw y un hombre casi anciano, U Ba, la reconoce como por arte de magia y promete contarle la historia de su padre.

Tin Win nació en un día nefasto (sábado de diciembre), por lo que su madre nuna le tuvo afecto, pensando que traía las desgracias consigo. Tanto es así que, al morir su padre, ella le abandonó siendo un niñito y gracias a que una vecina se compadeció de él y se encargó de cuidarle y mantenerle, el niño salió adelante. No sin dificultades, pues se quedó ciego y apentas podía dar un paso sin tropezarse y caer al suelo. Fue admitido en un monasterio donde el sabio U May le enseñó a leer en Braile, a meditar y a mirar en su interior hasta conseguir ver sin sus ojos. Pronto Tin Win desarrolla su sentido del oído, que le da una idea mucho más precisa del mundo que le rodea, y es así como conoce a Mi Mi: escucha los latidos de su corazón, un sonido rítmico maravilloso, que le acerca un día a ella. Y desde ese día, Mi Mi y Tin Win se vuelven inseparables.

Mi Mi tiene una minusvalía en sus tobillos y pies y no puede caminar por sí misma, así que ella se desplaza arrastrándose por el suelo o a la espalda de alguno de sus hermanos, que la llevan desde casa al mercado, donde venden las patatas que cosechan. Pero ahora es Tin Win el que coge a Mi Mi para recorrer juntos todos los rincones de su pueblecito, y es Mi Mi la que guía a Tin Win a cada paso que dan juntos. Ninguno de los dos siente que le falte nada: se quieren, están juntos y son completamente felices. Ante eso, una minusvalía no significa absolutamente nada.

Cierto día un tío rico de Tin Win le lleva con él a la ciudad y, por motivos que poco tienen que ver con la caridad, decide pagarle un médico para que le cure la vista. Y Tin Win vuelve a ver… pero es alejado de Mi Mi.

Me acuerdo de que hace poco comentaba en otra reseña que el tema supersticioso (de la India, en aquel caso) no me había convencido nada; que había tantas diferencias que era algo complicado creer esa historia… Y ahora me encuentro con esta maravilla, también en otro lejano país -Birmania-, que no puede ser más diferente de nuestro, pero que con esta manera de narrar tan sutil y sencilla es como si hubiera estado allí viviendo la historia. Julia, al principio, no puede reconocer a su padre en el relato que le está contando U Ba pero, a medida que el anciano avanza en su narración, le pasa como al lector y se deja envolver en la magia del amor entre Tin Win y Mi Mi. Encontrará las respuestas que andaba buscando y además comprenderá cosas en las que antes apenas se había fijado. Recorremos el pequeño pueblo birmano a través de los oídos de Tin Win y de los ojos de Mi Mi; la ambientación es perfecta y se encuentra una allí con ellos, disfrutando de una vida plena porque no hay absolutamente nada que pueda estropearla. La vida diaria de estudio y meditación en el monasterio, el mercado donde Mi Mi vende las patatas, los paseos hacia el río… todas las cosas cotidianas cobran una nueva luz gracias a la forma de narrar de este autor, hasta ahora desconocido para mí.

Estoy siendo muy ñoña, pero El arte de escuchar los latidos del corazón es una historia completamente diferente y muy dulce; y es que desgranaría cada parte del argumento para comentar lo mucho que me ha gustado

:D
Le pondría un 4′5 si pudiera, y no la nota máxima porque me hubiera gustado saber un poquito más de Julia. Ya sé que es un personaje secundario en la historia, pero se produce un gran cambio en ella y creo que, de haberle dedicado unas páginas más, el libro hubiera sido perfecto.

rakin41

Título: El arte de escuchar los latidos del corazón
Autor: Jean-Philipp Sendker
Editorial: Debolsillo
Encuadernación: Bolsillo
ISBN: 978-84-8450-659-1
Páginas: 320
Precio: 7,95 €
Propósito personal: no lo cumple
RETO 2012: Kalaw, Birmania

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