Revista Diario

El arte de la frialdad

Por Gatadormida

El arte de la frialdad

"El éxito depende de ti mismo, y de como saber utilizar las cartas que te han dado"

 

La primera vez que la vi no supe como calificarla, sin embargo después de pasar el domingo 7 horas con ella he llegado a la conclusión de que la admiro, y no solamente eso, sino que siento una envidia sana hacia ella. Aunque lo que me pregunto es si al irse a dormir se sentirá realmente sola, si todas esas capas con las que se cubre realmente lograrán cubrir todo lo que le falta en su vida, o lo más importante… Si realmente es feliz.

Miss. Black es la jefa de todas mis jefas, la encargada de supervisar y conseguir que todo lo que se encuentre en mi trabajo esté al 100%. Si eres nueva y ella no te da el visto bueno en el primer día que te cruzas en su camino, sabes que no te quiere allí, en otras palabras… No te renovarán tras el primer período. Siempre vestida de negro, tonos grises y blancos, siempre acompañada de una sonrisa postiza nada natural. No es una persona desagradable sino que sabe practicar muy bien el arte de decirte las malas noticias disfrazada bajo otras palabras, acompañadas de esa sonrisa eterna de plástico. Nunca se sabe si está contenta, triste o feliz, nunca permite que sus verdaderos sentimientos dejen entre verse entre ninguno de sus poros. Debo de reconocer que es buena en su trabajo mal que me pese, que está pendiente de todos los detalles por pequeños que sean, que tiene dos ojos enormes en la nuca y que domina perfectamente el inglés y a saber que otros idiomas más. Sabe aparentar, sabe estar, está bien educada para todo eso aunque claro… Se nota que no ha sido ninguna mujer que ha ascendido por enchufe, ha trabajado duro para llegar a donde se encuentra. No le importa lo que los demás quieren, sino lo que ella quiere conseguir, aunque para ello tenga que hacer algunos cambios. Como por ejemplo el día que OjosAzules y yo nos tuvimos que quedar hora y media de más porque venían los jefes de EEUU, y porque le gusta como trabajamos… Ella lo dio por hecho, ante el apuro de nuestras propias jefas.

Sin embargo esta noche me ha entrado curiosidad y he decidido buscar información acerca de ella, me ha llevado un poco de tiempo porque solo conocía su nombre, aunque sabía el apellido porque su hermano es una persona conocida. Finalmente encontré el primer apellido y empecé a leer cosas acerca de ellos, habían crecido en un ambiente culto y con poder adquisitivo, pero lo más curioso es que todos han tenido un don tanto para el aspecto mas científico como el mas artístico. Entonces comprendí por qué dominaba tan bien el arte de tratar a las personas, no en el sentido de “caer bien a todo el mundo y ser buena jefa”, sino ser buena jefa en lo que hace y ser implacable en decisiones pese a todo.

A pesar de su eterna sonrisa que realmente no transmite nada, la mayoría de las personas que conozco (superioras mías) no la tienen en muy buena estima, en realidad… Todos le tratan con respeto y amabilidad, pero no he oído aún buenas palabras hacia ella. Ya sabemos que no tenemos ideas buenas acerca de los superiores, como siempre suele pasar, pero su forma de ser puede ser muy agradable pese a sus decisiones.

No me gusta esa forma de ser: “conseguir lo que deseo pese a todo”, pero debo de reconocer que una parte de mí admira ese aire helado, gélido y seguro de si mismo que le rodea e intenta aparentar con el don de la palabra o gestos. Me he fijado que su mirada es fría aunque se ría o sonría… Es una persona llena de éxito, con miles de cualidades buenas para tener el puesto que tiene, pero me pregunto… Si es feliz. Si al llegar a casa se siente sola o si alguna vez se odia por lo que hace. Pero claro, si hiciera eso, no valdría para su puesto. Aunque claro está, puede que me equivoque y sea totalmente feliz. Pero por lo que me cuentan mis propias jefas, cosas que ella dice de vez en cuando de su vida… Parece poco probable (espero equivocarme)

Me pregunto si ha acabado por vivir “por y para el trabajo”, cuando debería de trabajar para vivir simplemente. Si se ha escudado en él para evitar tener una vida de verdad. Porque esa es la imagen que me acaba dando… Y a pesar de todo, me gustaría ser a veces como ella: “implacable”, lo malo de mi caso es que el corazón normalmente vence a la razón, y así me va a mí.


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