Primero el contexto, esa gran idea que recién tuviste no te pertenece.
Las ideas son de quién las ejecuta.
Las ideas dentro de tu cabeza valen cero, nada.
Comenzar el proceso de ejecución es el primer escalón de la, generalmente larga, escalera empresarial que te espera.
¿Y si alguien registra, patenta o protege en cualquiera de sus formas una idea que ya se te había ocurrido?
Pues nada, si no tienes evidencia tangible es como si nunca se te hubiera ocurrido. E-je-cu-ción.
¿Imitación o inspiración?
La historia está repleta de casos en donde la persona que saca provecho a un descubrimiento o innovación no es quién lo inventó.
¿Te suena el nombre de Thomas Alva Edison? Al que durante muchas décadas se le atribuyó el descubrimiento de la bombilla.
La realidad: contrario a lo que durante mucho se pensó, Edison fue un gran empresario aunque tal vez no el inventor más brillante. Encontró una forma de hacer rentable una idea que ya existía.
Edison obtuvo la patente de la bombilla eléctrica el 27 de Enero de 1880, sin embargo se habían llevado a cabo investigaciones al respecto desde 1809.
Cuando hablamos de Disney, hablamos de una de las empresas más queridas y con consumidores leales a la marca aunque ¿original en sus obras?
La realidad: Disney tomó obras que pertenecían al dominio público y las registro. Los autores, Giambattista Basile y los hermanos Grimm crearon versiones distintas de la Cenicienta, Hans Christian Andersen con La Sirenita, Suzanne Barbot de Villeneuve con la Bella y la Bestia, entre otras.
Curioso aunque entendible que Disney trate de proteger los derechos de autor de “sus obras” a toda costa.
El auge de los imitadores empresariales
En el mundo de los negocios ser el primero no es suficiente, debes ser el más ágil y el más creativo, capaz de adaptarte al escenario dinámico, cambiante, del mercado.
Los imitadores están a la orden del día.
Snapchat creada en 2011 logró atraer un mercado al que pocos han podido llegar, adolescentes y jóvenes adultos que vieron en la función de compartir fotos que desaparecían después de 24 horas, algo atractivo.
Facebook se dio cuenta del éxito de Snapchat e hizo lo obvio, intentar comprarla, de esta manera podría compensar la fuga masiva de adolescentes que se daba a los casi 10 años de creación de Facebook.
Evan Spiegel no cedió, y declinó ofertas en repetidas ocasiones.
Sin embargo siempre debes tener opciones, y empresas como Facebook lo saben de sobra, así que realizó la segunda opción obvia, copiar el modelo de Snapchat.
Lo intentó varias veces aunque el éxito final vino cuando añadió réplicas de las funciones de Snapchat en otra plataforma de su propiedad, Instagram.
Con Instagram Stories finalmente logró superar a Snapchat en número de usuarios activos diarios. El problema siempre fue que el modelo de negocio era fácilmente replicable así que Facebook dedicó recursos a lo verdaderamente importante: atraer al mercado objetivo.
Estrategia para protegerte
Una de las estrategias más utilizadas por las grandes empresas para intentar proteger su liderazgo consiste en asignar presupuesto importante a la innovación hacia dentro de la organización para posteriormente transferir el conocimiento a los empleados con el fin de facilitar la colaboración y el trabajo en equipo.
Las ventajas son obvias aunque este modelo también tiene desventajas.
Una de ellas es que existen estudios que demuestran que el uso de ésta estrategia puede beneficiar a tus competidores tanto como a ti.
El problema se acentúa si el conocimiento es fácilmente replicable pudiendo llegar a ser compartido con la competencia.
La manera correcta de hacerlo según muestra el resultado del estudio es hacer uso de la innovación continua, consiste en realizar pequeñas pero constantes mejoras a los productos o procesos, perfeccionarlos de manera incremental. Recombinar elementos es una clave importante para facilitar el proceso.
Ejemplos de empresas que han vencido la imitación…
… al menos por ahora.
TikTok es una de las aplicaciones con más rápido crecimiento histórico.
Logró alcanzar el billón de usuarios más rápido que cualquier otra plataforma.
La aplicación está muy lejos de ofrecerte los estándares básicos de seguridad llegando a ser tachada como un servicio de recolección de datos más que como una app de entretenimiento, cumple los estándares de su país de origen (China) qué, como seguramente sabes son muy distintos a los de la mayoría de países del mundo.
No obstante a las personas parece encantarles, además de que la misma app muestra un derroche de innovación continua.
Por un lado sus algoritmos aprenden rápidamente los gustos y el comportamiento del usuario, por el otro, se simplifica la edición de vídeo, la sugerencia de música, hashtags, filtros y otras mejoras que han demostrado ser populares.
Lo que ha hecho TikTok es recombinar elementos de diferentes aplicaciones para crear algo que parece nuevo, aunque no lo sea del todo.
Incluso ha sido definida por Mark Zuckerberg como “el producto de internet construido por uno de los gigantes tecnológicos chinos que mejor lo está haciendo alrededor del mundo”.
Spotify es otra de las empresas que ha soportado bien los embates de los imitadores a través de la innovación continua.
Su propuesta de valor se basa en el uso de algoritmos predictivos del comportamiento que adaptan de manera dinámica la interfaz de usuario.
Su catálogo de música está en constante expansión y se combinan las predicciones de preferencias de cada usuario con las de la población general para asegurar que descubres cosas que realmente te gustarán.
Ni siquiera los grandes recursos de empresas como Apple han podido quitarle el liderazgo.
Conclusiones
Qué alguien imite tu modelo de negocio no es el problema, el verdadero problema es quedarte quieto y no hacer nada al respecto.
Intenta ser más rápido que tu imitador, recombina elementos de manera inteligente y sobre todo, nunca dejes de innovar.
La entrada El arte de la imitación ¿Qué hacer si alguien copia mi modelo de negocio? se publicó primero en Cristian Monroy.