El arte de la impaciencia.
Mi nombre es Jonathan, mi vida siempre ha sido muy acelerada pero acertiva, me caracterizo por la agilidad con la que me gustan que se realicen las cosas, me estresa ver a alguien tituberar en sus labores, no me gusta que me hagan esperar y tampoco hacer esperar a alguien en una cita, adoro la puntualidad y soy un fanático de realizar labores bajo cierto tiempo y respetarlo.
No es fácil ser como soy, actualmente soy gerente de una famosa y extensa tienda departamental, suelo ser irritable y al parecer le desagrado a la mayoría de la gente que me rodea, pero no tengo tiempo de pensar en eso, así que no me entristece esa realidad y es que las cosas así deben ser.
Mi manera de ser, la forma en que llevo mi vida acelerada, la comencé a ver desde pequeño, justo después del fallecimiento de mi padre, un señor soñador, se pasaba la vida comentando sus sueños y los logros que quería alcanzar, irradiaba una sonrisa enorma al comentarnos sobre ellos, un día como cualquier otro día normal llegó la noticia desde su trabajo que en un accidente había perdido la vida, no sé qué me entristecio más, si el hecho de haber perdido a mi padre, o el hecho de que él no halla podido concretar tantos propósitos.
Desde ese entonces entendí que la vida se nos puede ver arrebatada en cualquier instante, cada día que salimos de nuestras casas es un momento incierto, no sabremos si volveremos o será la última vez que crucemos esas puertas, que el tiempo en la vida lo tenemos limitado, quizás no sabemos con exactitud cuando dejarémos de existir, pero si conocemos que nuestro final será el mismo para todos, con un tiempo de vida limitado, porque tendría yo que desperdiciarlo esperando gente, haciendo filas, soportando ver le lentitud de las personas en sus actividades.
Desde el fallecimiento de mi padre me fijé muchos propositos también, pero con una vida limitada y con una muerte que podía ser sorpresiva como la de mi padre, solo me quedaba salir cada día ser los más impaciente posible, y es que, aunque para muchos es un enorme defecto, para mí es un arte, un arte que muy pocos llegan a admirar y a seguir, un arte que requiere eliminar la paciencia, un arte que requiere levantarse a las 5 de la mañana, alistar tu almuerzo, planear tus actividades, llegar a primera hora a tu trabajo y ser el mejor en ello, dar los mejores resultados, trabajar en mis proyectos personales del diario y ayudar al prójimo aunque la mayoría no lo noté, correr, llorar, viajar alrededor del mundo, convivir con la familia, hay mucho que hacer y en un día tienes que procurar hacer lo mayor posible.
Y es que al final, de eso se trata este juego, no podemos sentarnos a esperar que nos depara el destino, al final el destino nos depara lo que hallamos trabajo en el hoy, y si hoy nos disponemos a trabajar en lo mucho, lo mucho es lo que nos recibirá en el mañana.