Las etiquetas de cerveza se han convertido en una parte esencial de la experiencia cervecera. Desde las etiquetas artesanales hasta las de las cervecerías comerciales, cada diseño cuenta un relato único que refleja la marca y sus valores.
La importancia del diseño en las cervezas craft
En la actualidad, las cervecerías artesanales son conscientes de que para competir en un sector cada vez más exigente deben ofrecer cervezas de gran calidad, creadas y elaboradas con gran mimo y las mejores materias primas. De igual forma, saben que el etiquetado y empaquetado debe tener una calidad similar.
Cada elemento del diseño, como la tipografía, el color, la composición y la iconografía, se utiliza para transmitir la personalidad de la cerveza y establecer una conexión emocional con los consumidores. El arte de diseñar etiquetas de cerveza va más allá de simplemente crear un diseño atractivo, debe tener en cuenta la identidad de la cerveza, así como las tendencias y preferencias del mercado.
El diseño de las etiquetas de cervecerías como Basqueland, La Quince, Caleya, Naparbier o Dougall’s es capaz de capturar la atención del aficionado cervecero al instante. Esto unido a que sus cervezas temporales se agotan rápidamente hace del coleccionismo un hobby que está más vivo que nunca.
Los artistas e ilustradores son cada vez más protagonistas en el panorama craft. Basqueland trabaja con artistas de renombre como Carlos Irijalba y Macos Navarro. La Quince y Naparbier colaboran con el ilustrador malagueño Antonio Bravo, habitual de varias cervecerías.
Basqueland Scarlet Barrel Works, ilustración de Carlos IrijalbaEtiquetas históricas
A lo largo de la historia, ha habido numerosos diseños de etiquetas de cerveza que han alcanzado un estatus icónico y han dejado una marca indeleble en la industria cervecera. Desde diseños clásicos que han resistido la prueba del tiempo hasta creaciones contemporáneas que desafían las convenciones, estas etiquetas han contribuido a la identidad de las marcas cerveceras. Cada etiqueta famosa tiene su propia historia, que refleja la visión creativa y la evolución de la industria cervecera a lo largo de los años.
Un ejemplo es la etiqueta de la cerveza irlandesa Guinness, con su icónica tipografía y el característico color negro y dorado. Esta etiqueta no solo representa una marca legendaria, sino que también simboliza la rica historia y la artesanía detrás de la cerveza Guinness.
El gnomo de Chouffe o el elefante rosa de Delirium también son conocidos en el mundo entero y, además de representar a la marca, se han convertido en un referente de la cerveza belga. Por otra parte, otras cervezas hacen del minimalismo su característica más distintiva. Las cervezas de la exclusiva marca de cerveza trapense belga Westvleteren, que no llevan etiqueta y se distinguen por el color del tapón.
El origen de las etiquetas de cerveza
Las primeras etiquetas de cerveza conocemos se remontan al Antiguo Egipto. Los egipcios utilizaban jeroglíficos para etiquetar cada recipiente y saber qué contenía cada uno. Las etiquetas, tal y como las conocemos hoy en día son algo relativamente moderno. La cerveza no se embotelló de forma industrial hasta mediados del siglo XIX. Ante de esto, era habitual que las botellas y barriles se marcasen de forma manual e individual.
Por ejemplo, muchos utilizaban un escudo de armas familiar para señalar sus barriles. Con el embotellado masivo, las fábricas de cerveza comenzaron a utilizar las etiquetas para dar a conocer mejor su marca y diferenciarse de las demás.
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